En un restaurante cualquiera, dos monos comen como si fueran seres humanos y, mejor aún, civilizados.
Bien sentados, vestidos, cada uno con su comida y bebida.
[Ver: ¡Qué coqueta esta monita!]
Ambos animalitos se ven relajados tomando sus alimentos, sin tanto estrés como los humanos.
Hasta parece que conversaran mientras almuerzan.
Eso sí, son civilizados pero no tan educados, pues comen con las manos y se la pasan mirando para atrás.
Pero nadie es perfecto... ni siquiera los monos.
