De arranque, el Plan de Ajuste Fiscal fue recibido por duras críticas de parte de todos los sectores del país y, al momento, legisladores de los tres partidos principales evalúan las medidas presentadas con escepticismo.
La portavoz del Partido Nuevo Progresista en la Cámara de Representantes, Jennifer González, catalogó el plan como una “farsa”.
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“Habla solamente de recortes de impuestos, no habla de cómo va a llegar dinero nuevo”, sostuvo.
González señaló que está dispuesta a considerar restablecer el crédito por trabajo, simplificar el código de rentas internas, reducir la contribución por ingresos a los negocios, extender el 4 por ciento de impuestos a empresas foráneas y simplificar el proceso de permisos.
Pero de plano rechazó, reducir las aportaciones a los municipios, flexibilizar la jornada laboral y eximir a los jóvenes de 25 años o menos del salario mínimo federal.
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Por su parte, la senadora María de Lourdes Santiago, del Partido Independentista Puertorriqueño, desaprobó de las medidas presentadas, particularmente los cambios en la jornada laboral.
Asimismo, Luis Vega Ramos, representante por el Partido Popular Democrático, dijo que evaluaría el plan en base a cómo las medidas cumplen con los tres objetivos del plan.
