Sanders pide a los demócratas que se opongan a la Junta de Control Fiscal

Según el precandidato presidencial demócrata, "empeoraría la terrible situación".

El precandidato presidencial demócrata Bernie Sanders pidió hoy a sus compañeros en el Senado oponerse a la legislación presentada en la Cámara de Representantes de EE.UU. la semana pasada que establecerá una junta para supervisar al Gobierno de Puerto Rico en la gestión de la crisis financiera y la deuda.

"Tenemos una opción importante que tomar", señaló Sanders en un comunicado en el que se reproduce parte de una carta que envió a los senadores demócratas en la que subraya que hay que elegir entre alinearse con el pueblo puertorriqueño o con Wall Street y los ultraconservadores del Tea Party del Partido Republicano.

Según Sanders, el proyecto de ley de la Cámara HR 5278, presentado por la mayoría republicana, "empeoraría la terrible situación" al exigir al Gobierno de Puerto Rico que presentara un plan fiscal ante una junta de supervisión no elegida democráticamente compuesta por siete miembros, cuya mayoría serán elegidos por las liderazgo republicano.

La junta de supervisión, apunta Sanders, estará facultada para dictar su propio plan fiscal para reducir el presupuesto, bajar las pensiones, aumentar impuestos, privatizar y vender activos públicos y trabajar en la reestructuración de la deuda sin la aprobación del Gobierno democráticamente elegido de Puerto Rico.

El político estadounidense asegura que en lugar de responder a las necesidades de los puertorriqueños, la legislación exige que cualquier reestructuración de la deuda de Puerto Rico sea "en el mejor interés de los acreedores".

El borrador presentado la pasada semana, el HR 5278, permitirá además recortar el salario mínimo a 4,25 dólares por hora para los jóvenes durante un periodo de hasta 5 años.

El comunicado destaca que organizaciones de tendencia conservadora como el Tea Party y entidades financieras estadounidenses como Goldman Sachs, Citigroup, JP Morgan Chase y Bank of America suscriben el proyecto de ley, mientras que sindicatos de EE.UU. que representan más de 13 millones de trabajadores se oponen drásticamente.

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