Sobrevivientes hablan de masacre en Orlando

Dos días después de la peor matanza con arma de fuego en EE.UU., ocurrida este domingo en una discoteca gay de Orlando, las familias de los fallecidos y los heridos luchan por seguir con sus vidas, mientras las autoridades investigan el entorno del presunto autor, Omar Seddique Mateeen.

En el Centro Médico Regional de Orlando, al que fueron llevados la mayoría de los heridos en el club Pulse, siguen hospitalizadas 27 personas, seis de las cuales en estado crítico, cinco en estado reservado y 16 estables, mientras que otros 11 se encuentran en otros hospitales de la zona.

En una rueda de prensa conjunta con una decena de médicos y enfermeras, el especialista Michael Cheatham informó que al hospital llegaron 44 personas, de las cuales nueve murieron poco después de ingresar, 27 están ingresadas y el resto fueron dadas de alta.

"Estamos contentos de que nadie haya sucumbido a sus heridas" desde el primer día, dijo el cirujano, quien subrayó que están haciendo todo lo posible "para que se mantenga así".

Sin embargo, mostró su preocupación de que uno o dos pacientes en estado crítico, si se recuperan, como él confía, puedan tener una "gran impacto en su funcionalidad".

Los médicos calificaron la situación que se vivió en el hospital el domingo de madrugada como una "escena de guerra", con personas con grandes heridas, principalmente en extremidades, el pecho y el abdomen, producidas por impactos de bala de un arma de "gran calibre".

Cincuenta personas, incluido el presunto autor de la matanza, un estadounidense de 29 años, quien estaba armado con un fusil de asalto y una pistola, murieron y otras 53 resultaron heridas.

La gran mayoría de las víctimas mortales eran de origen hispano, pues en la noche del sábado se celebraba la Noche Latina en el local.

Uno de los fallecidos es el puertorriqueño Eric Iván Ortiz, que vivía desde hace nueve años en Orlando, donde su familia afronta hoy un "día duro" porque esperan que la funeraria les entregue su cuerpo.

"Ningún familiar ha podido reconocer los cuerpos", explicó a Efe Frances Ortiz, hermana de la víctima.

Solo cuando vayan a la funeraria y vean los restos de Eric acabarán con la incertidumbre que todavía pesa sobre ellos. En caso de confirmarse la identidad, incinerarán sus restos y los llevarán a Puerto Rico, explicó.

Ortiz afirmó que Eric, el segundo de tres hijos, había dicho recientemente a varios amigos que tenía un "presentimiento" de que iba a morir de "manera trágica" antes de los 40. Tenía 36.

"Yo voy a seguir pensando que sigue viviendo en Orlando y, como han pasado nueve años desde que se fue y nos habíamos visto pocas veces desde entonces, voy a seguir pensando que siguen pasando los años y no le he visto", dijo como una forma de afrontar esta situación.

Mejor suerte corrió Víctor Vallés, que pudo escapar de Pulse, aunque perdió a seis amigos, entre ellos Mercedes Flores y Amanda Alvear, las "más maravillosas personas del mundo, los mejores amigos que uno pudiera tener".

Vallés contó que estaba escondido y la Policía le sacó de Pulse después de permanecer en el interior del local durante cerca de una hora, dejando atrás los cuerpos de sus amigos.

Iris Febo, madre de Vallés, dijo hoy a Efe que están "batallando" porque su hijo está sufriendo mucho y casi no consigue dormir, por lo que buscan ayuda médica.

En la rueda de prensa también participó otro superviviente de la matanza, el puertorriqueño Ángel Colón, quien explicó que cuando se oyó el primer disparo la gente empezó a correr, pero él recibió tres balazos en la pierna derecha y, cuando intentó levantarse, varias personas le pasaron por encima y le rompieron la izquierda.

Colón dijo que el autor de la matanza parecía estar "disfrutando" y que disparó a las personas que estaban ya en el suelo para asegurarse de que estaban muertos, y que en ese momento la fortuna estuvo de su lado y las balas le alcanzaron en una mano y la cadera.

El boricua se mostró a favor del derecho a la autoprotección, pero, sin embargo, dijo que "algo está mal" cuando una persona puede entrar en una discoteca con esa clase de armas.

Mientras, continúan las investigaciones sobre lo sucedido aquella noche. Uno de los focos de las pesquisas recae sobre la esposa de Mateen, Noor, que puede ser encausada por no informar a las autoridades de lo que sabía antes de que se produjese la matanza, informaron varios canales de televisión.

Según dijeron varios agentes policiales a esos medios, la mujer, que estaría colaborando con la Policía, intentó convencerle de no llevar a cabo esta masacre e incluso reconoció ante la Policía que le acompañó a comprar municiones y le llevó en una ocasión hasta Pulse.

En sus conversaciones con los negociadores de la Policía de Orlando, mientras estaba atrincherado en Pulse con una treintena de rehenes, Mateen juró lealtad al grupo terrorista Estado Islámico (EI), que calificó al presunto autor de la matanza como "soldado del califato".

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