Despiden a Aaron Hernández en discreto funeral privado

Familiares y amigos de Aaron Hernández acudieron el lunes a dar el último adiós al exjugador de la NFL en un funeral privado, justo después que un juez ordenara que tres mensajes escritos por el deportista en prisión antes de suicidarse fuesen entregados a su prometida.

Decenas de dolientes acudieron a la ceremonia, para la cual se requería invitación, en Bristol, la ciudad natal de Hernández, de ascendencia puertorriqueña. Entre ellos figuraban la madre, el hermano, la prometida y excompañeros de Hernández en la Universidad de Florida y en los Patriots de Nueva Inglaterra. Asistió también al menos una abogada de Hernández.

El ex tight end de los Patriots, que purgaba una cadena perpetua por un asesinato en 2013, se ahorcó en su celda de una prisión de máxima seguridad en Massachusetts el miércoles pasado. Días antes, se le había exonerado por los homicidios de otros dos hombres ocurridos en Boston en 2012.

Cerca de la funeraria, dos hombres vestidos de traje fueron los encargados de revisar las identificaciones de los invitados que llegaban en auto. La policía cerró una calle que llevaba al lugar, y los trabajadores de la televisión debieron permanecer al otro lado de la misma.

Entre los invitados estuvieron los mellizos Mike y Maurkice Pouncey, jugadores de la NFL; su colega Brandon Spikes; Michael Baden, prominente forense contratado por la familia Hernández para realizar una autopsia independiente, y Linda Kenney Baden, esposa del médico y abogada defensora.

Una portavoz de la Asociación de Directores de Agencias Funerarias de Connecticut informó que la familia prevé que el cadáver de Hernández sea cremado. En un comunicado, la familia solicitó respeto a su privacidad en un momento de luto, y agradeció las condolencias que ha expresado la gente.

Hernández cumplía con una sentencia de cadena perpetua por el asesinato en 2013 de Odin Lloyd, jugador de una liga menor de fútbol americano que salía con la hermana de Jenkins Hernández.

Una vez que el forense de Massachusetts determinó que se trató de un suicidio, el cerebro de Hernández fue donado a la Universidad de Boston, donde los científicos lo estudiarán en busca de alguna señal de trauma cerebral que haya sufrido durante sus años como jugador.

Un juez ordenó el viernes que se conserve toda la evidencia de su suicidio en prisión, como lo solicitó la prometida del exjugador, a fin de que la familia pueda investigar las circunstancias del fallecimiento.

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