Colores y estados de ánimo

El rojo denota pasión pero no convine lucirlo en una entrevista de trabajo. El blanco ayuda tranquilizar a los niños. El azul mejora el rendimiento intelectual y fomenta el intercambio de ideas. Los depresivos ven el mundo gris. El mundo cromático influye más de lo que creemos en nuestra forma de actuar, pensar y sentir.

Las expresiones ‘esto pasa de castaño oscuro’, ‘tenerlo negro’ o ‘verde esperanza’, tienen fundamento, ya que “el color no sólo influye en la imagen que damos, sino que también refleja nuestra salud y emociones y a la inversa es capaz de modificarlas”, ha señalado el doctor Miguel Pros Casas, cofundador de la Asociación Española de Médicos Naturistas (AEMN).

Según Pros Casas, autor del 'Manual de Medicina Natural', “el color influye en el comportamiento y el humor de la persona y ejerce un marcado efecto fisiológico, y existe una relación entre las preferencias en materia de colores y el carácter de las personas. El color no es más que luz, la luz es energía y la energía puede activar o sedar”.

La elección del color del coche puede indicar el carácter de su dueño: “los colores rojo, negro y amarillo son los más elegidos por la gente extravertida y agresiva; el blanco, el gris o el azul son los preferidos por los introvertidos y nada agresivos, según un estudio de la psicóloga Margarita Ballesteros.

Aunque las repercusiones varían según la persona, según explica el 'Manual de Medicina Natural' (MMN), el rojo activa la vitalidad, estimula el hígado y el bazo, ejerce un efecto beneficioso sobre la depresión o el decaimiento, sobre las bronquitis crónicas, es favorable para los casos de digestiones lentas o perezosas (estreñimiento).

Por su parte, el amarillo genera energía para los músculos, estimula la mente, aumenta la capacidad de aprendizaje, se indica para las personas introvertidas, incrementa las capacidades vitales, refuerza el sistema nervioso y la secreción de la piel, mientras que el naranja es alegre y estimulante, aumenta la energía vital y activa el sistema respiratorio.

Según el MMN, el verde es sedante y calmante, reduce los ritmos biológicos estimulados en exceso, y ayuda a aliviar los ataques de nervios y dolores de cabeza, en tanto que el azul es relajante, contribuye a disminuir la tensión nerviosa, a eliminar las ideas obsesivas y a conseguir una mejor estabilidad emocional.

De acuerdo a Pros Casas, el color violeta mejora la autoestima y la dignidad, actúa como equilibrador de los desórdenes nerviosos y mentales, reduce el ritmo cardíaco e induce el sueño, mientras que el blanco, es beneficioso para todo tipo de desórdenes y un poderoso protector general.

En cambio si lo que se desea es fomentar o aumentar la creatividad, conviene trabajar y moverse en entornos de color azul.

Contáctanos