El “boom” de las pestañas

Las extensiones, los rizados y los tintes de pestañas se han convertido en un auténtico “boom”. Hoy se desean pestañas de infarto, con espesor y longitud XXL, a imagen y semejanza de Betty-Boop.

“Si se piensa bien, los ojos son los verdaderos protagonistas de la expresión facial, mientras que la boca y la nariz ocupan papeles secundarios”, dice la experta en pestaña Elena Comes, quien asegura que “unas cejas bien diseñadas y unas pestañas pobladas, largas, curvadas y oscuras envuelven a la mujer con un halo más sexy y provocativo”.

Por este motivo, hay que cuidarlas y mimarlas a diario. Maquillarse, desmaquillarse, la contaminación, el estrés, una dieta desequilibrada, el abuso del alcohol, el tabaco y los efectos negativos de los rayos UV son algunos de los impactos diarios que debilitan las pestañas y las hace envejecer más rápidamente.

Factores que provocan que la piel de los párpados se torne más delgada y rígida provocando que los nutrientes tengan dificultades para llegar al bulbo donde se encuentra la raíz de las pestañas. Y como consecuencia, se tornan más cortas, más finas, rígidas y sin brillo, además de caerse prematuramente.

“La máscara de pestañas, es el nuevo esmalte de uñas”, explica Comes, quien asegura que “el color negro ha dejado de reinar en la mirada”. Morados, verdes, azules y fucsias se instalan. “Tonos atrevidos que es preferible aplicarlos con máscara de pestañas y desestimar los teñidos de larga duración”, explica la experta.

La extensión de las pestañas es otra opción para lucirlas bonitas y en tamaño XXL. “El proceso es sencillo y rápido”, según el centro de belleza “Twentynails”, que comienza el protocolo retirando los restos de maquillaje y aplicando parches antiarrugas en el contorno de los ojos.

Acto seguido, se peinan y se aplican las extensiones a todas las pestañas hasta conseguir la curvatura, el grosos y la longitud deseada. Por último, se aplica el “finishing glaze” para sellar la unión del adhesivo y dar brillo a la extensión.

Las extensiones de pestañas duran entre ocho y doce semanas, dependiendo del ciclo de vida de las pestañas naturales y el cuidado que se les procure. Con un pequeño mantenimiento cada dos semanas, se pueden mantener las pestañas tanto tiempo como quieras.

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