Así es Eureka, el aterrador pueblo fantasma de Utah

La ciudad de Eureka, fundada en el 1870, fue abandonada a principios del siglo pasado.

El estado de Utah es conocido mundialmente por albergar una gran cantidad de pueblos fantasmas, estos se ubican en su mayoría en la parte sur oeste del estado.

La ciudad de Eureka, fundada en el 1870, fue abandonada a principios del siglo pasado y su apariencia actual es de desolación: calles vacías, estructuras abandonadas y negocios cerrados. 

Ese abandono es precisamente la razón por la que es considerado un pueblo fantasma de Utah. Está ubicado a casi 3 horas al sur de Salt Lake, capital del estado, y pasó de ser una importante ciudad minera a un pueblo solitario y aterrador para muchos. 

Eureka albergaba una de las poblaciones más grandes del estado para los años 1800, en aquel entonces se destacó por su gran exportación de minerales como la plata y el oro, convirtiéndose en una metrópolis.

Esa abundancia minera la hizo ser considerada como la ciudad capital del estado de Utah, pero la disminución de la exportación, inundaciones e innumerables incendios hizo que sus residentes se marcharan, convirtiendo Eureka en un pueblo fantasma.

Telemundo Utah recorrió sus desoladas calles: escasos negocios abiertos y pocos negocios. Ese misterioso paisaje atrae a curiosos como Stephanie, amante de los pueblos fantasma. "Me gusta venir aquí y ver como la vida era en el pasado", dijo. 

El pequeño pueblo, que para el 2000 tenía menos 200 familias residentes,  parece haberse detenido en el tiempo. Muchas de sus estructuras siguen en pie, lo que atrae la atención de muchos curiosos que buscan su lado tenebroso.

"Sé que algunos (pueblos) que están embrujados", dijo Stephanie, quien ha visitado Eureka en varias oportunidades e incluso ha llevado a sus hijos a recorrerlo.

Cientos de hogares se encuentran en el olvido a lo largo y ancho. En su interior hay utensilios e incluso fotografías familiares, camas tendidas, muñecas y autos abandonados.

"He venido como cuatro o cinco veces, a veces traigo a mis hijos para que ellos también aprendan" agregó Stephanie, quien dijo que le deja flores a los muertos en los cementarios. 

En el cementerio antiguo de Eureka hay tumbas talladas desde hace más de 200 años. Según dicen, gran parte de los sepultados fallecieron debido a plagas  como la gripe española.

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