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Cómo un páramo que es “fábrica de agua” para millones acabó en riesgo

El páramo de Chingaza, reserva hídrica colombiana en riesgo por el consumo

Fotografía de un cuerpo de agua en el Paramo de Chingaza, Colombia.
EFE

Bogotá, 29 dic.- El páramo de Chingaza, situado en el Parque Nacional Natural del mismo nombre, es un refugio de fauna y flora silvestre que abastece de agua a Bogotá y que, según ambientalistas, puede estar en peligro si se excede la explotación de su riqueza hídrica.

El Parque de Chingaza está enclavado en la Cordillera Oriental de los Andes, a unas 60 millas de Bogotá, y alcanza una altitud de hasta 13,000 pies (4,020 metros) sobre el nivel del mar, lo que hace de esta reserva uno de los principales atractivos ecoturísticos de la zona.

Este ecosistema, que se extiende por 189,000 acres (76,600 hectáreas), abarca los municipios de Fómeque, Guasca, La Calera, Choachí, Gachalá, Junín y Medina, en el departamento de Cundinamarca, así como Restrepo, Cumaral, El Calvario y San Juanito en Meta (centro).

Entre la rica biodiversidad que caracteriza al bosque alto andino y al páramo del Parque de Chingaza habitan el Oso de Anteojos (Tremarctos ornatus) y otras especies como el venado, el puma y el leopardo.

FÁBRICAS DE AGUA

Los páramos son auténticas "fábricas de agua" de las que se abastecen numerosas ciudades y pueblos de Colombia y es justamente ese uno de los riesgos que enfrenta Chingaza.

En Chingaza, la Empresa de Agua y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) opera el embalse de Chuza, un lago artificial que suministra agua para casi el 80 % de la capital, ciudad de unos 7.5 millones de habitantes.

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Según ambientalistas, toda esa riqueza natural puede verse amenazada si se pone en marcha un proyecto para ampliar la capacidad de captación y suministro de agua con un nuevo embalse llamado "La Playa" o "Chingaza 2".

"Hacer 'Chingaza 2' significa perder una parte del páramo muy extensa, por lo que Bogotá tiene que ver otras alternativas distintas a la construcción de una segunda represa que habría que utilizarla si no existe ninguna otra salida", dijo a Efe el exministro de Ambiente Manuel Rodríguez Becerra.

PROYECTO EN DISCUSIÓN

El experto en sostenibilidad hídrica ambiental Jaime Moncada Rojas explica que "La Playa" es un proyecto que hace parte del "Plan maestro de abastecimiento" de la EAAB pero todavía "está sobre el papel".

Según la EAAB, el plan "consiste en la formación de un embalse aguas arriba de la estructura actual de desvío del río Guatiquía, para mejorar la regulación de los caudales del macizo de Chingaza".

"Decisiones ambientales como esta son muy complejas porque se tiene que sopesar el medioambiente, pero también hay que mirar el tema social y económico", afirmó el exministro Rodríguez.

En su opinión, una segunda represa en Chingaza afectaría no solo al páramo sino a las poblaciones de la región de la Orinoquía, pues se desviarían los cauces que corren en dirección al este de Colombia y a Venezuela.

"Hay una injusticia con los municipios donde están ubicadas las aguas que vienen para Bogotá ya que se benefician muy poco", afirmó el exministro, quien resaltó la importancia de proteger los páramos ante la amenaza que supone el cambio climático.

Por ese motivo propuso alternativas para proveer de agua a la capital, como descontaminar el río Bogotá y recolectar aguas lluvias, pues "hoy en día es mayor el beneficio ambiental que implica proteger los páramos".

SALVAVIDAS DE LA HUMANIDAD

Según el estudio "Nuevos escenarios de cambio climático para Colombia 2011- 2100", del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), el aumento de la temperatura afectará los páramos y por ende el suministro de agua a las poblaciones.

"En la alta montaña la temperatura aumenta más que en el resto de la superficie terrestre, lo que causará la pérdida de unas áreas muy amplias de páramo", explicó Rodríguez, quien destacó el papel crucial de estos ecosistemas como reguladores el cambio climático, pues sus suelos absorben grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2).

Para el biólogo Juan Carlos Benavides, profesor de la Universidad Javeriana, "la magia de estos sitios es que tienen un metabolismo muy lento en el suelo, entonces la materia orgánica se descompone despacio, por lo que pueden acumular el CO2 por miles de años".

Pese a que páramos andinos como Chingaza reúnen aproximadamente el 0,3 % de los humedales de todo el mundo, pueden llegar a acumular hasta diez veces más carbono en menos espacio que otros.

En opinión de Moncada Rojas, el cuidado del Páramo de Chingaza debe ser un trabajo conjunto en el que diversos actores pasen "de una óptica extractiva a una de balance, protección y conservación".

Recalcó que estos proyectos deben estar acompañados de análisis sobre el consumo del agua en Bogotá, puesto que este "es un recurso finito" que se desperdicia en las urbes.

"Los ciudadanos deben cambiar sus hábitos de consumo para disminuir la demanda a los ecosistemas más aún ante una eventual emergencia hídrica debido a los efectos del cambio climático", concluyó.

Daniela Arias Baquero

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