Las pruebas de dopaje que se le realizaron a Ana Cacho una semana después de la muerte de su hijo, Lorenzo González Cacho, evidencian que, al menos tres meses antes del crimen, la mujer no utilizó drogas.
En el documento, obtenido en exclusiva por Telenoticias, se establece que a Cacho se le tomó una muestra de pelo de la cabeza el 16 de marzo de 2010. Lorenzo falleció el día 9.
En la vista preliminar en alzada, la exfiscal federal María Domínguez declaró que el imputado, Luis Gustavo "El Manco" Rivera Seijo, le dijo en una de sus confesiones que en la noche del crimen, cuando entró a la casa de Cacho, vio a una mujer fumando crack.
Sin embargo, los resultados de la prueba arrojaron negativo a cocaina. El crack es un derivado de esta droga que se procesa para que adquiera forma de piedra.
Además, la madre de Lorenzo admitió que esporádicamente fumaba marihuana y en su mesa de noche se encontraron dos pipas y residuos de marihuana.
No obstante, también se le hicieron pruebas de anfetaminas, marihuana, opiaceos y fenciclidina (PPC), y todas arrojaron negativo.
