Otra mujer de Florida en peligro por tratamiento estético

Es una epidemia en el sur de la Florida: otra mujer vuelve a ser víctima de una operación estética que estuvo a punto de costarle la vida.

Georgina Giraldo le contó a Telemundo 51 cómo se inyectó sus glúteos para mejorar su apariencia y tuvo luego que viajar hasta Colombia para que un médico la ayudara, pues en Estados Unidos   ningún cirujano quería operarla.

Hoy Giraldo se ha recuperado, pero teme que la mujer que la inyectó podría hacerle lo mismo a otras personas.

La víctima dice que no sabe qué sustancia le inyectaron. Simplemente, una amiga le recomendó a una persona que inyectaba productos de belleza en una casa de Miramar, en el condado de Broward, y con el tiempo tuvo problemas de salud y hasta pensó en quitarse la vida.

“Nunca pensé que siendo como yo soy, quisiera quitarme la vida, por eso hay que hablar de esto: esto es peligroso”, dijo Giraldo.

Giraldo espera que su historia ayude a otras mujeres.

Todo comenzó en el 2009, cuando quiso mejorar la apariencia de sus glúteos.

“Ella [la mujer de Miramar] me inyectó y me dijo que me había inyectado con aceite de Francia, que eso no existe”, contó Giraldo.

La mujer le escribió en un papel lo que supuestamente le había inyectado. Resultó  ser una sustancia a base de silicona llamada Biopolímero, La que le endureció los glúteos y fue entonces que comenzaron los problemas de salud para Giraldo.

“Como año y medio después, 18 meses, me sentía como un calor que era horrible y tenía que darme baños de sal para bajar la inflamación, todo estaba subido, y parecían pelotas de golf”, rfelató Giraldo.

Tuvo que operarse, no una sino tres veces, en Colombia, con un especialista que asegura que los problemas con estas sustancias surgen anos después de las inyecciones.

“Estas sustancias generan una respuesta inflamatoria local, dañando los tejidos donde fue inyectada, y también una respuesta generalizada produciendo una cantidad de síntomas”, dijo el doctor Alberto Ríos, especialista en Cirugía Plástica y Reconstructiva.

Ríos explicó que esa sustancia migra hacia la espalda, hacia las caderas,  a la parte inferior de los glúteos y también hacia los genitales. Agrega el doctor colombiano, que en su clínica de Cali  no dan abasto operando a pacientes con problemas de inyecciones de Biopolímero.

“Yo podría solamente trabajar con las pacientes de mi ciudad y  llegaría a la vejez operando todos los días y no terminaría, en mi ciudad, pero estamos hablando de estados países continentes…”, opinó Ríos.

El Biopolímero está prohibida en Estados Unidos. Para Giraldo, los $500 dólares que pagó por las inyecciones se convirtieron en $100 mil por gastos médicos. Ella no ha podido trabajar en todo ese tiempo, pero al menos hoy agradece estar viva para compartir su historia.

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