Recién casados celebran fiesta de bodas con personas sin hogar

En el área de Santurce.

Una pareja de novios decidió cambiar a último momento su recepción de bodas y llevar los alimentos a las personas sin hogar, en el área de Santurce, se dio a conocer este domingo.

“Mientras estábamos celebrando la boda, sentía una gran inquietud por la gente (que está) en la calle, con hambre y sin hogar, y como pareja, decidimos cambiar los planes y celebrar con quien lo necesitaba. Teníamos que compartir nuestra alegría, la alegría de nuestro momento, con quienes necesitaban sentirse alegres” expresó la novia, Erika García, a través de declaraciones escritas.

La pareja salió ataviada con sus galas de bodas a las calles de Santurce, junto a sus familiares e invitados, para compartir con desconocidos los alimentos de su fiesta.

Erika García y Carlos Santanas salieron de su ceremonia en la Iglesia Monte Santo, en Bayamón, cancelaron la recepción y fiesta, y junto a sus invitados llegaron a la Parada 17 en Santurce para servir lo que sería su banquete de bodas a personas sin hogar, que se encontraban en el medio de la noche, con hambre y sin esperanza.

El acto de los novios, quienes celebraron la noche de su boda junto a deambulantes, se convirtió en ejemplo para quienes los acompañaban y estaban sorprendidos.

“Decidí moverme junto a los novios y su familia a las calles, porque es lo que Dios nos llamó a hacer, en especial en momentos donde Puerto Rico necesita tanta esperanza, palabras de aliento y actos como este, que llenan de alegría y orgullo”, comentó el pastor José Santiago.

El reverendo fue quien ofició el enlace matrimonial y vio cuando la pareja decidió cambiar los planes de su celebración.

“He tenido la oportunidad por muchos años de liderar la iniciativas para impactar a pacientes VIH y personas sin hogar, pero jamás había visto unos novios que en medio de su celebración, decidieran salir a la calle y ayudar a otros,” agregó Santiago.

En la celebración de la boda en la calle, además de alimento, se compartieron palabras de aliento y abrazos. “La gente nos veía de novios y nos miraba extraños, pero se acercaban y pudimos más que llevarles alimento, llevarles amor” concluyó el novio, Carlos García.

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