Denuncian que falta de luz violenta los derechos humanos

Indiaron que el gobierno federal y local deben acelerar el paso en restablecer el acceso al servicio eléctrico.

Un grupo de residentes de las comunidades aledañas al Caño Martín Peña se congregó el miércoles en el puente Martín Peña para exigir transparencia y que se dediquen con urgencia los materiales y brigadas requeridas para restaurar el servicio eléctrico en Puerto Rico.

“No pedimos solo para el Caño. Todos somos seres humanos y necesitamos un trato digno, justo, y que se respeten nuestros derechos a la salud, a la educación y a la vida. La solución no puede ser individual, solo para el que puede pagar la planta eléctrica o los paneles solares. Tiene que ser para todos” sentenció Lucy Cruz Rivera, presidenta del G-8 en un comunicado.

Los presentes narraron sus historias conociendo que se repiten en todo el país y exigieron un plan con fechas ciertas para recuperar la energía en nuestros barrios, y en el resto de Puerto Rico; que se hable claro y sin generalidades; suficientes trabajadores y materiales para que el trabajo se haga sin demoras y que cuando sea viable y más rápido se use la mejor tecnología, incluyendo la energía renovable.

Indiaron que el gobierno federal y local deben acelerar el paso en restablecer el acceso al servicio eléctrico.

“Cada día que el pueblo no tiene luz, nos enfermamos con asma, vivimos con temor de que los seres queridos que necesitan equipo médico pierdan su vida, se afecta la educación de nuestros hijos, nuestras empresas cierran, perdemos fuentes de ingreso y se recrudece la pobreza,” dijo Cruz Rivera.

“Cuando se trata de nuestros derechos humanos, no queremos austeridad ni migajas en ayudas federales”, agregó.

Por su parte, José Caraballo Pagán narró su historia. “Sin corriente, es bien difícil arreglar las casas. No podemos usar herramientas. Tuve que cortar las planchas de zinc a mano para colocar un techo improvisado sobre mi casa. Mi esposa, Delia, tuvo asma por primera vez en más de 30 años que desencadenó en pulmonía por el uso de generadores”, dijo el anciano.

Aileen Morales, entretanto, describió como su padre, quien fue dado de alta recientemente, necesita oxígeno para sobrevivir, y la maquina requiere el uso continuo de un generador que contamina el ambiente del hogar. “Vivimos en vilo, pagando lo que no tenemos en gasolina. Me le están quitando días de vida a mi padre,” mencionó.

“En la comunidad tienen materiales tirados en el suelo desde hace un mes esperando los arreglos al sistema, mientras otras familias tienen postes que amenazan con destruir sus casas poniendo en riesgo su vida. Frente a mi casa hay uno”, denunció por otro lado, Mario Núñez Mercado, portavoz del G-8.

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