Las fuertes marejadas de esta semana provocaron una duna que bloqueó por completo la desembocadura del Río Grande de Manatí, lo que representa un grave riesgo de inundaciones para la zona urbana de Barceloneta.
Tanto comerciantes como residentes se verían seriamente afectados de llegar una vaguada tropical a la isla, por lo que el municipio ha solicitado acción rápida para evitar mayores desgracias.
Con eso en mente, la alcaldesa Wanda Soler urge acción inmediata al Departamento de Recursos Naturales para remover la gran cantidad de arena acumulada en el sector La Boca, en donde desembocan las aguas al océano Atlántico.
A pesar de que el Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos le hizo una asignación de fondos al municipio y una empresa trabaja en la zona, Soler estima que el proceso podría demorar unos seis meses.
“Estamos esperando que la Alcaldesa nos dé una dispensa a ver si podemos crear un dique con piedras, estamos esperando también por la Secretaria de Recursos Naturales”, indicó un comerciante.
Tras el paso del huracán María y las históricas marejadas del mes de marzo, la erosión amenaza con seguir socavando estructuras, en su mayoría comerciales ubicadas en la zona costera.
Asimismo, la severidad del asunto ha obligado a la administración municipal a relocalizar seis familias.
