Fiscales federales en Washington D.C. revelaron el lunes que arrestaron a una mujer de 29 años y la acusaron de actuar como un agente encubierto dentro de Estados Unidos en nombre de un alto funcionario del Kremlin.
El anuncio del arresto de Maria Butina se produjo horas después de que el presidente Donald Trump se reuniera con su homólogo ruso Vladimir Putin y días después de que el fiscal especial Robert Mueller acusara a 12 agentes de inteligencia rusos de dirigir un extenso hackeo en fin de influir las elecciones de 2016.
Butina, una ciudadana rusa que ha estado viviendo en EEUU, fue acusada de conspiración para actuar como agente no registrado del gobierno ruso y acusada de trabajar para infiltrarse en organizaciones políticas estadounidenses, incluida la Asociación Nacional del Rifle.
El cargo fue presentado por el Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito de Columbia y parece no tener una vinculación con la investigación de Mueller.
Según documentos judiciales, Butina se reunió con políticos y candidatos estadounidenses, asistió a eventos patrocinados por grupos de interés especial, y organizó cenas de “amistad” y diálogo entre Rusia y EEUU en Washington con el objetivo de "informar a Moscú" lo que ella había aprendido.
Los documentos judiciales no nombran al funcionario del Kremlin. La persona se describe como un miembro de la legislatura rusa que más tarde se convirtió en un alto funcionario en el banco central del país.
Los fiscales también observan que el funcionario ha sido sancionado desde entonces por Estados Unidos
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Butina es una defensora del derecho a portar armas y fundó una organización a favor de las armas en Rusia, el “Right to Bear Arms” (el derecho a portar armas), en 2011 y, en los últimos años, ha sido vinculada en la coordinación entre activistas estadounidenses de derechos de armas y sus contrapartes rusos.
Butina recibió a varios ejecutivos líderes de la NRA y conservadores pro-armas en la reunión anual de su grupo en 2015, según los informes en The New York Times, Time y The Daily Beast.
Entre los asistentes se encontraban el expresidente de la NRA David Keene, el político conservador Paul Erickson y el exsheriff del condado de Milwaukee David Clarke, que luego fue un firme partidario de Trump.
