Guántanamo cumple 13 años mientras a Obama se le agota el tiempo

Hace trece años, un día como hoy, se abrieron las puertas de uno de los principales símbolos de la "Guerra contra el Terror" librada por Estados Unidos, el penal de Guantánamo, unas puertas cuyo cierre definitivo tan prometido por Barack Obama está aún lejos de consumarse. Exactamente a 127 presos.

Mientras al presidente estadounidense se le agota el tiempo para cumplir con su ferviente promesa de clausurar las instalaciones a falta de apenas dos años para concluir su estancia en la Casa Blanca, lo cierto es que la transferencia de los prisioneros en los últimos meses se ha acelerado, pero no lo suficiente.

Tres yemeníes y dos tunecinos, capturados en Pakistán como supuestos miembros de Al Qaeda y presos desde hace más de una década sin cargos, han sido el pasado 31 de diciembre los últimos reos en ser transferidos a otro país, concretamente a Kazajistán, una nación que hasta ahora no había acogido a ninguno de ellos.

Y es que una de las muchas complicaciones que suscita echar el cierre al penal es a dónde enviar a aquellos presos cuyos países se encuentran en una situación muy inestable para recibirlos y donde incluso podrían acabar en las filas de grupos radicales.

El caso de los yemeníes es especialmente alarmante ya que es la nacionalidad que más número de reos concentra en la cárcel (81) y a su vez, Yemen, uno de los destinos menos recomendables tras comprobarse que otros prisioneros previamente enviados allí terminaron por unirse a organizaciones terroristas.

Tanto es así, que desde 2010 ningún ciudadano yemení había sido transferido y el propio Obama había prohibido que su país fuera un posible destino.

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