Homenaje a “la pasión” de Dustin Hoffman y Led Zeppelin

Washington (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, rindió ayer homenaje a "la pasión" demostrada por el actor Dustin Hoffman y la banda de rock Led Zeppelin "desde sus humildes comienzos hasta la cima de su profesión".

Obama les entregó los premios honoríficos anuales Kennedy, uno de los más altos honores que el Gobierno estadounidense otorga al mundo de la cultura, junto con tres galardonados más: el músico Buddy Guy, el cómico David Letterman y la bailarina Natalia Makarova.

El presidente les recibió en la Casa Blanca, donde les entregó el premio en una ceremonia privada, para después asistir a una multitudinaria gala en el mayor centro cultural de Washington, el Kennedy Center, donde artistas y amigos dibujaron las trayectorias de los homenajeados.

A su llegada al auditorio, los premiados bromearon que lo que diferencia los premios Kennedy, elegidos por un comité artístico, de otros galardones más comerciales es que se reciben de la mano del presidente del país.

Y el presidente, en su discurso en la Casa Blanca, celebró dejar de lado por un día la política y la deuda del país: "No siempre podemos pensar en la importancia de la música, la danza y la risa para la vida de esta nación, pero ¿quién querría imaginar a Estados Unidos sin ellas?", preguntó.

"En Estados Unidos, más que cualquier otro lugar en la Tierra, somos libres para seguir nuestras propias pasiones y explorar nuestros propios dones, allá donde nos lleven", aseguró el mandatario.

De hecho, Obama dijo que poca gente le hace cantar, pero el premiado Buddy Guy (1936) "es uno de ellos".

Junto a él, el presidente entonó hace unos meses parte de la canción "Sweet Home Chicago", el mayor éxito del premiado y un homenaje a una ciudad en la que Guy saltó a la fama y en la que Obama alcanzó la política nacional.

"Es uno de los últimos guardianes del mejor blues americano", elogió el presidente.

El músico afroamericano, originario del sur del país, aseguró a la prensa que es "excepcional" ser premiado por el primer presidente negro de la nación y declaró que "nunca es tarde para tocar la guitarra en la Casa Blanca".

Al grupo británico Led Zeppelin, el presidente le atribuyó "haber redefinido el rock y el estilo de vida rockero".

El bajista John Paul Jones (1946) aseguró a la prensa que el premio es muy especial porque siempre tuvieron la música estadounidense como su "mayor influencia" y es una forma de "devolvérselo al país".

Quedan solo tres miembros vivos de la banda -John Paul Jones, Jimmy Page y Robert Plant- y el bajista aseguró que el resto lo hubiera celebrado con cervezas y encantados con el "gran presidente" Obama.

Habló también del actor Dustin Hoffman (1937) como "una de las mejores carreras cinematográficas de su generación y de cualquier generación", que ha conseguido "el sueño de formar parte del vocabulario cultural".

El protagonista de "Rain Man" y "Tootsie" se mostró encantado con el reconocimiento, y no solo "porque toda la familia se haya vestido de esmoquin", bromeó en la alfombra roja, un toque de "glamour" poco frecuente en la noche washingtoniana.

"Todavía me puedo comprar yo mismo el traje", ironizó en la misma línea el también premiado David Letterman (1947), uno de los cómicos más veteranos de la televisión nocturna americana.

Obama destacó del presentador de "Late Show with David Letterman" haberse mostrado siempre al público "en una sola pieza, a veces con mal humor, a veces autocrítico y siempre divertido" y sostuvo que ya apuntaba maneras cuando empezó su carrera como meteorólogo de Indianápolis.

"Una vez informó de que la ciudad estaba sufriendo granizo del tamaño de jamón enlatado", dijo Obama en su discurso.

Tanto el presidente como la gala posterior fueron menos irónicos al premiar a la bailarina Natalia Makarova (1940), que pidió en 1970 asilo al huir de la Unión Soviética.

"Durante 18 años sus compatriotas se vieron obligados a depender de canales clandestinos para seguir la trayectoria de una de las bailarinas más reconocidos en el mundo", justificó Obama.

Makarova declaró sentirse como si "hubiera vivido dos vidas, una en la Unión Soviética y una en Occidente".

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