Obama pide a los ciudadanos presionar a los republicanos

Washington (EFE).- El presidente estadounidense, Barack Obama, pidió ayer a los estadounidenses que presionen a los republicanos para que cedan en las negociaciones del "precipicio fiscal" y permitan un alza de los impuestos a los ricos.

El mandatario se reunió hoy con familias de clase media y ejecutivos de importantes multinacionales para conocer opiniones y recabar apoyos ante las negociaciones que deberán evitar que a principios del año próximo suban los impuestos y se disparen los recortes de partidas presupuestarias vitales, lo que podría devolver el país a la recesión.

"Los plazos se acercan y se cumplirán muy pronto", indicó Obama, que pidió hoy en la Casa Blanca, acompañado de familias de clase media, que "los estadounidenses a lo largo y ancho del país hagan oír su voz".

Obama ha echado mano de las prácticas que tan buenos resultados le dieron en las elecciones y ha pedido que se encauce la presión a los congresistas a través de las redes sociales, además del correo electrónico o tradicional.

Para ello, recomendó utilizar la etiqueta, #my2K (mis 2.000 dólares), con la que propuso que se muestre a los miembros del Congreso cómo afectaría en cada familia el aumento de impuestos, que el equipo del presidente cifra en 2.000 dólares de media para cada unidad familiar con ingresos promedio.

"Quiero asegurarme de que todos entiendan que este debate no es solo sobre números, es un conjunto de decisiones que van a afectar a millones de familias, y sus voces, las voces del pueblo estadounidense, deben ser parte del debate", indicó Obama.

Además de hablar al estadounidense de a pie, el presidente se reunión con los directivos de grandes multinacionales como hizo hace dos semanas, entre ellos representantes del banco de inversión Goldman Sachs y donantes republicanos como Arne Sorenson, consejero delegado de la cadena de hoteles Marriot.

Obama quiere que la presión popular a los miembros republicanos del Congreso, especialmente en la Cámara baja, que controlan, permita que suavicen su postura contra un aumento de los impuestos a los ingresos superiores a 250.000 dólares anuales.

Esa subida se daría cuando finalicen las exenciones impositivas aprobadas durante el mandato de George W. Bush. Los republicanos quieren que se prolonguen para todo tipo de ingresos, mientras que los demócratas proponen que no se prorroguen para los más ricos, de modo que se puedan aumentar los ingresos para reducir el déficit.

Las negociaciones han tropezado en varias ocasiones desde que en el verano de 2011 se acordó elevar el techo de endeudamiento a condición de que se alcanzara un pacto fiscal a largo plazo, so pena de unos duros recortes automáticos al presupuesto que nadie quiere.

Ésta es la última oportunidad de un acuerdo antes de que el "precipicio fiscal" se alcance a comienzos del año entrante y la primera economía mundial se arriesgue a una nueva recesión.

La presidenta de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que se debe alcanzar un plan que permita a las arcas públicas aumentar los ingresos al tiempo que se responde al problema "de la simplificación del código impositivo, y de las lagunas fiscales", algo que consideró una discusión más a largo plazo.

Hoy, en un desayuno informativo, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, que ayer se reunió con Pelosi como parte de una visita de tres días a Washington, dijo que considera que los demócratas dan por hecho un acuerdo "en el que ambas partes tendrán que ceder a algunas de sus demandas".

Pese a la urgencia de un acuerdo, ninguna de las partes, por el momento, ha cedido en sus posturas previas y hoy el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, reiteró que no se debe "aumentar impuestos en el llamado 2 % más rico, la mitad de ellos pequeños empresarios que pagan sus impuestos de la renta".

"El objetivo aquí es que la economía crezca y se controle el gasto y la economía no crecerá aumentando impuestos al 2 % (de la población). Estamos dispuestos a poner el apartado de aumento de ingresos (federales) sobre la mesa, mientras no se suban los impuestos", indicó el líder republicano.

Como dijo hoy el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, "nadie en su uso de la razón querría que se repitiera lo que pasó en el verano de 2011 (durante la negociación del techo de deuda), cuando se puso en riesgo el crédito de EE.UU. por una agenda ideológica".

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