Donald Trump

Trump: “Vamos a cuidar de nuestros policías sin quitarles los fondos”

Los comentarios de Trump dejaron claro que no respalda una reforma significativa de las tácticas policiales en el país, como han pedido numerosos activistas y la oposición demócrata.

Telemundo

El presidente Donald Trump, se atrincheró este jueves en su férrea defensa de la policía, pidió dejar de acusarles de racismo y desafió a los líderes demócratas del estado de Washington, al amenazarles con intervenir si no controlan una zona de la que se han retirado las fuerzas de seguridad.

Durante una visita a Dallas, Texas para recaudar fondos para su reelección, Trump anunció que pronto firmará un decreto para "alentar a los departamentos de policía de todo el país a cumplir los estándares más actuales y profesionales para el uso de la fuerza".

"Eso significa que hay que usar la fuerza, pero usar la fuerza con compasión. Pero si alguien es realmente malo, van a tener que hacerlo con mucha fuerza, con mucho poder", dijo Trump durante una mesa redonda con empresarios y líderes religiosos en Dallas.

Los comentarios de Trump dejaron claro que no respalda una reforma significativa de las tácticas policiales en el país, como han pedido numerosos activistas y la oposición demócrata a raíz de la indignación desatada por el homicidio en mayo del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco en Minneapolis, Minnesota.

"VAMOS A CUIDAR DE NUESTROS POLICÍAS"

"Si se les permite hacer su trabajo, harán un gran trabajo", afirmó Trump sobre los policías, y añadió: "Siempre hay alguna manzana podrida allá donde vayas, pero puedo decirles que no hay muchos de ellos en los departamentos de policía".

"Vamos a cuidar de nuestros policías sin quitarles los fondos (como piden muchos manifestantes). De hecho, iremos por el camino contrario: nos aseguraremos de que están entrenados y tienen los mejores equipos posibles", subrayó.

Trump incidía así en el lema electoral de "ley y orden" con el que ha respondido desde el principio a la indignación popular por los frecuentes episodios de violencia policial contra las minorías y, lejos de reconocer el problema de racismo en el país, pidió dejar atrás ese tipo de acusaciones.

"Los estadounidenses son gente buena y virtuosa. Tenemos que trabajar juntos para enfrentar la intolerancia y los prejuicios cuando aparezcan, pero no vamos a hacer avances ni curar heridas etiquetando falsamente a decenas de millones de estadounidenses decentes como racistas o intolerantes", sentenció Trump.

La alcaldesa, Lori Lightfoot, estalló enfurecida en contra de un video que captó a varios oficiales de la policía "descansando" dentro la oficina de un congresista mientras saqueadores destrozaban negocios aledaños.

LAS ACUSACIONES DE RACISMO "DESVÍAN EL TEMA"

El mandatario opinó que, cuando eso ocurre, "se desvía el tema y se empieza a pensar en cosas que no importan demasiado", en aparente referencia al debate sobre si el racismo en EEUU es estructural o sistémico, una idea que han rechazado algunos de sus asesores, como Larry Kudlow.

Trump dijo que su plan para mejorar las relaciones raciales se basa en cuatro puntos, entre ellos el decreto que está preparando sobre el uso de la fuerza en los departamentos de policía, cuyo impacto podría ser limitado porque el poder de regular esas agencias depende mayoritariamente de los gobiernos estatales y locales.

Los otros pasos que citó son "potenciar intensamente el desarrollo económico en las comunidades de minorías", combatir las "disparidades en términos de cuidados de salud" y pedir al Congreso que dé más flexibilidad a los padres para elegir dónde quieren que estudien sus hijos.

Después que fuera despedida de una fiesta en los departamentos de lujo Pinnacle on the Park, el guardia de seguridad le pedía un taxi cuando ella desató su furia utilizando insultos raciales contra él.

AMENAZA CON INTERVENIR EN SEATTLE

Trump advirtió además de que si no se abraza su lema de "ley y orden", los "anarquistas" pueden "tomar ciudades", y puso el ejemplo de Seattle, Washington, donde la policía se ha retirado de un precinto en el este de la localidad después de días de choques durante las protestas.

Los manifestantes han ocupado desde entonces el área y la han bautizado como "zona autónoma de Capitol Hill", un lugar donde la policía está prohibida, la comida es gratis y por la noche se proyectan documentales, según el diario The Washington Post.

Trump reaccionó indignado este jueves, y exigió al gobernador de Washington y la alcaldesa de Seattle, los demócratas Jay Inslee y Jenny Durkan, respectivamente, que "retomen" la ciudad, y advirtió: "si no lo hacen, yo lo haré".

Inslee tuiteó poco después que no aceptará "amenazas de violencia militar provenientes de la Casa Blanca", dado que Trump ha amenazado varias veces este mes con activar una ley que le permitiría desplegar soldados sin el beneplácito de los gobernadores.

El terrible incidente ocurrió en el 2019 en Oklahoma City, Oklahoma.

TRUMP BUSCA VOTOS EN LA CIUDAD DE LA PEOR MASACRE CONTRA NEGROS

El viaje de Trump a Dallas llegó en medio de una intensa polémica por el anuncio de su campaña electoral de que el presidente celebrará su primer mitin en varios meses el próximo día 19 en Tulsa, Oklahoma, ciudad que en 1921 fue sede de una brutal masacre en la que murieron hasta 300 afroamericanos a manos de blancos.

"Este fue el peor acto de violencia racial hasta la fecha, y aún así este es el lugar que ha elegido para celebrar este presidente, cuyos planes para los afroamericanos no han consistido más que en hostilidad y opresión", indicó la presidenta del Caucus Negro del Congreso, la demócrata Karen Bass, a la cadena NBC.

El mitin se producirá además durante el aniversario de la abolición de la esclavitud en EEUU, una fecha conocida como "Juneteenth", lo que contribuyó a la controversia.

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