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Coronavirus en Latinoamérica: Brasil podría tener más casos que EEUU, según estudio

Con más de 210 millones de habitantes, Brasil representa cerca de dos terceras partes de la población estadounidense.

Coronavirus en Brasil
EFE

SAO PAULO - Los infectados por el coronavirus en Brasil podrían superar ya los 1.2 millones, un número 16 veces mayor a la cifra oficial y superior al de Estados Unidos, el país actualmente más castigado por la pandemia, según un estudio divulgado este jueves que toma en consideración los casos subnotificados en el país.

La investigación, realizada por el portal Covid-19 Brasil, que reúne científicos y estudiantes de varias universidades brasileñas, apunta que para el 28 de abril el número de casos confirmados de la pandemia fluctuaría entre los 957,087 y los 1.49 millones, siendo 1.20 millones el número más ajustado.

El mismo día, las autoridades sanitarias del país apuntaban un total de 73,553 casos, es decir, una cantidad 16 veces inferior a la estimada por esta investigación.

Según el último balance divulgado este miércoles por el Ministerio de Salud, Brasil registra oficialmente 5,466 muertes, 449 en el último día, y 78,162 casos confirmados de coronavirus.

"Los boletines oficiales generalmente están considerando los casos que sufrieron hospitalización" y "los casos asintomáticos o con síntomas leves, no están sujetos a pruebas y no se informan", explicó Domingo Alves, integrante del grupo y líder del Laboratorio de Inteligencia en Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo (USP).

De acuerdo con Alves, el número de casos en los informes oficiales es de alrededor del 15% del número total de casos, lo que representaría tan solo la cifra de hospitalizaciones.

La estimativa del portal Covid-19 Brasil sitúa el número de casos de coronavirus de Brasil por encima del total oficial en Estados Unidos, que encabeza el ránking mundial con más de un millón de casos.

El líder ultraderechista Jair Bolsonaro insiste en menospreciar la gravedad de una enfermedad cuyo pico se espera que llegue entre mayo y junio.

Brasil, que cuenta con más de 210 millones de habitantes, representa cerca de dos terceras partes de la población estadounidense.

Para proyectar el número de personas infectadas por el nuevo virus, el grupo de científicos usó, como base para su estudio, el número de muertes reportadas en el país que, a pesar de ser también subnotificadas, se considera un indicador más consolidado.

Los investigadores aplicaron la tasa de letalidad de Corea del Sur, "uno de los pocos países que consiguió realizar testes en masa", y ajustaron los números a la pirámide de edad de Brasil.

LOS PAÍSES VECINOS SE PREOCUPAN

El aumento prácticamente incontrolado de casos de COVID-19 en Brasil aviva el miedo a que trabajadores de la construcción, conductores de camión y turistas del mayor país de Latinoamérica puedan propagar la enfermedad en países vecinos que están haciendo una mejor labor para contener la pandemia.

Las fronteras del país siguen abiertas, no hay casi cuarentenas ni limitaciones y su presidente, Jair Bolsonaro, sigue negando la gravedad de la pandemia.

El país de 211 millones de habitantes superó esta semana a China — el lugar donde comenzó el brote en diciembre del año pasado — en el número oficial de muertos por COVID-19, la enfermedad causada por el virus, lo que llevó a Bolsonaro a decir: “¿Y qué?”.

“Lo siento”, dijo el presidente de ultraderecha a reporteros. “¿Qué quieren que haga?”.

Un grupo de presos se amotinó este viernes en una cárcel de Buenos Aires para reclamar que se les permita el régimen de arresto domiciliario.

En Paraguay, los soldados que velan por el cumplimiento de las normas contra el virus cavaron una zanja poco profunda junto a los primeros 800 pies de la principal carretera de entrada a la ciudad de Pedro Juan Caballero desde la vecina ciudad brasileña de Punta Porá, para evitar que la gente cruce a pie desde Brasil y desaparezca en la ciudad.

Paraguay tiene menos de 250 casos confirmados de coronavirus y sus fronteras están cerradas desde el 24 de marzo, con un refuerzo centrado especialmente en la de Brasil.

Funcionarios argentinos dicen estar especialmente preocupados por el tránsito de camiones desde Brasil, su principal socio comercial. En las provincias que limitan con el país vecino, Argentina está trabajando para establecer corredores seguros donde los conductores brasileños puedan acceder a cuartos de baño, conseguir comida y descargar sus productos sin entrar siquiera en contacto con argentinos.

La empresa Rappi estrenó una novedosa forma de entregar domicilios en la que no se contagia ni el domiciliario ni la persona que lo recibe.

“Me preocupa mucho Brasil”, dijo el presidente de Argentina, Alberto Fernández, a medios locales el sábado. “Muchos transportes vienen del mercado de Sao Paulo, y allá el foco infeccioso es altísimo y pareciese (que) el gobierno no lo está tomando con la seriedad que el caso requiere. Eso me preocupa mucho, por el pueblo del Brasil pero también porque se pude trasladar a la Argentina”.

Una de las ocho infecciones registradas en la provincia argentina de Misiones es la de un conductor de camión de 61 años que aparentemente se enfermó en Sao Paulo y luego regresó al país, donde murió luego de infectar a su esposa. En Argentina hay alrededor de 4,000 casos confirmados y más de 200 fallecidos, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins.

Incluso autoridades en EEUU, donde hay ya más de 1 millón de casos registrados y los decesos superan los 60,000, han expresado su preocupación por Brasil.

Las autoridades en Colombia también están preocupadas, dijo Julián Fernández Niño, epidemiólogo de la Universidad Nacional en Bogotá.

La Organización Mundial de la Salud dijo el miércoles que investiga esta rara condición.

“En un mundo globalizado, la respuesta con el problema de la pandemia no pueden ser fronteras cerradas”, afirmó. “Brasil es un país de un gran desarrollo científico y capacidad económica (pero) es claro que hay una postura anticientífica del liderazgo de su gobierno con respecto a la respuesta de combatir el coronavirus”.

En Uruguay, el presidente, Luis Lacalle Pou, apuntó que la propagación del virus en Brasil encendió “luces amarillas” de advertencia en su gobierno y que las autoridades estaban endureciendo los controles en varias ciudades fronterizas.

Recientemente, 30 trabajadores cruzaron de Brasil a la ciudad fronteriza uruguaya de Río Branco para ayudar a construir una planta de concreto. Cuatro de ellos dieron positivo al virus, lo que llevó a Uruguay a poner a toda la plantilla en cuarentena.

Funcionarios en algunas ciudades fronterizas uruguayas han discutido la creación de “corredores humanitarios” a través de los cuales los brasileños puedan abandonar el país con seguridad.

El hombre hace de las suyas en medio de la calle en Río de Janeiro.

Incluso la socialista Venezuela, donde el sistema de salud lleva años colapsado, dice estar preocupada por la situación en territorio brasileño.

“Mandé a reforzar toda la protección de la frontera con Brasil, donde se garantice el cerco epidemiológico, sanitario y militar”, dijo el presidente, Nicolás Maduro, en la televisora estatal la semana pasada.

El gobierno de Bolivia, aliado de ultraderecha del de Bolsonaro, declinó comentar las medidas de su vecino contra el virus, pero el ministro de Defensa, Fernando López, prometió este mes aplicar con firmeza el cierre de la frontera.

“Si seguimos siendo flexibles en la frontera, de nada va servir la cuarentena nacional”, manifestó.

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