Fabiana Andrea Torres Bonilla era una niña de tercer grado que corría y saltaba por el colegio.
Soñaba con llegar a París a estudiar pintura, pero una aneurisma cambió su vida. Fabiana estuvo 22 días en estado de coma, perdió su movilidad, la facilidad para expresarse y solo puede ingerir líquidos con la ayuda de un tubo gástrico.
De ser una niña que jugaba el deporte del tenis, que le gustaba bailar y pintar, pasó a ser totalmente dependiente.
Actualmente la pequeña necesita tratamiento adicional al igual que terapia equina y acuática para recobrar el movimiento corporal.
Si deseas ayudarla puedes hacer llevando tu donativo a las oficinas del perioódico el Nuevo Día en Guaynabo.