La insólita conexión que se hizo viral en una granja

A semejanza de la historia del "Patito feo", una insólita amistad surgió en una granja en Noruega. Monica Andreassen nunca había visto algo así en todos sus días en ese lugar.

Una amistad entre seres tan dispares como un pato llamado Bob y uno de los perros de Andreassen, llamado Zita, llegó a las noticias.

Bob no podía arreglárselas solo cuando nació, pues era demasiado pequeño y tenía problemas para caminar.

Así que Andreassen lo llevó al baño de su casa y mantuvo la calefacción encendida para que el pato siempre se mantuviera como junto a su madre.

El patito comenzó a crecer y después de que creció lo suficiente, Andreassen lo dejó conocer a sus perros y gatos.

Los gatos se escondieron cuando lo vieron, todos los perros retrocedieron, excepto Zita, un perro de dos años con aspecto de huskie.

Desde entonces, Bob y Zita se han vuelto inseparables. Zita cuida de Bob y el patito siempre trata de acicalar a Zita.

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