Realizan concurso de belleza dentro de una prisión

El certamen tiene el propósito de levantar el autoestima de las presas.

RÍO DE JANEIRO - Ganar un ventilador no es común en ningún concurso, pero sí en Miss Talavera Bruce, un certamen de belleza que desde hace doce años elige a la interna más bonita de una prisión de Río de Janeiro.

Situada en el barrio de Bangú, en la zona oeste de Río de Janeiro, la prisión busca desde hace años "reconstruir la autoestima de las presas", explica a Efe la directora de Talavera Bruce, Janaina Fernandes.

Los preparativos para el gran día empiezan cinco meses antes, con una selección de las precandidatas.

"Primero pasamos una lista para ver quien está realmente interesada en participar. Después vemos su comportamiento, para ver si es bueno, y hacemos una selección, para ver la belleza, como se desenvuelve en la pasarela... hasta tener las diez finalistas", agrega Fernandes.

De las 450 internas que hay en la prisión, unas 150 optaron por participar en el concurso, de las que restaron las diez finalistas, quienes se maquillan en una sala de la prisión justo antes del desfile. Una ONG y una iglesia evangélica ayudan en la organización, aportando las ropas y cediendo maquilladoras y peluqueras para el gran día.

"Estoy muy nerviosa", admite a Efe Bruna, de 23 años, consciente de la "competencia" y de que hay "mucha mujer bonita". Antes de conocer que la vencedora se llevará un ventilador, dice que confía en ganar el concurso y conseguir "la televisión que hay de premio".

Crislane tampoco esconde sus nervios. "Estoy despierta desde las 5 de la mañana, bastante ansiosa. Estoy firme, a pesar de la vergüenza, creo que tengo oportunidad de ganar", asegura.

Mayana Rosa, de 26 años, sin embargo, se contenta con participar: "No pienso en ganar, cualquier cosa que nos saque un poco aquí dentro ya sirve".

"En mi caso no sé si vendrán, si lo hacen será una sorpresa, no espero la visita de nadie", aclara, sobre la presencia de su familia.

Cuando están listas, salen en fila hacia el patio de la cárcel, donde les esperan familiares y miembros de la ONG y la iglesia evangélica que hicieron posible el concurso, además del jurado.

De camino al patio, pasan delante de varias celdas, cuyas integrantes se amontonan para verlas y les chillan decenas de piropos, y por orden alfabético, las candidatas desfilan dos veces ante un jurado de fuera la prisión.

Tras la pausa, que las participantes aprovechan para reunirse con sus familiares, se anuncia la tercera clasificada, que gana un secador de cabello y luego la segunda, que consigue una plancha.

Por último, se divulga el nombre de la vencedora del ventilador: Mayana, quien rápidamente busca con la mirada entre el público a su madre, Valeria.

Condenada a 45 años por formar parte de una banda de chicas que asaltaba y robaba camiones de carga, Mayana explica tras ser proclamada ganadora que está "feliz".

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