Cuatro presuntos contrabandistas interceptados por la Guardia Costera y unidades aéreas y terrestres de Aduanas y Protección Fronteriza, fueron acusados el 9 de mayo de 2024 por un gran jurado federal en el Distrito de Puerto Rico.
Según se indicó, los sospechosos enfrentan cargos por el contrabando de vida silvestre desde Estados Unidos y el tráfico de la Ley Lacey.
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"Esta exitosa detención de cuatro contrabandistas resalta la firme determinación del Sector San Juan de la Guardia Costera, trabajamos diariamente para interrumpir una amplia gama de actividades ilícitas en Puerto Rico y las Islas Vírgenes de los Estados Unidos", dijo el Capitán José Díaz, Comandante del Sector San Juan de la Guardia Costera de los Estados Unidos, en un comunicado de prensa.
"Desafortunadamente, la crueldad mostrada por los contrabandistas en este caso resultó en la pérdida de más de 100 aves exóticas. No cesaremos en nuestro compromiso de controlar el tráfico ilícito en nuestra región", añadió.
Según documentos judiciales, el 3 de mayo de 2024, los acusados Frankluis Carela De Jesús, Waner Balbuena, Juan Graviel Ramírez Cedano y Domingo Heureau Altagracia viajaron juntos en una embarcación sin bandera que salióde San Juan, Puerto Rico hacia la República Dominicana.
Durante el viaje, una tripulación de aeronaves de operaciones de vigilancia y marítimas de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos avistó la embarcación sospechosa al norte de Isabela. Al detectar la presencia de las autoridades, los ocupantes de la embarcación intentaron huir mientras arrojaban múltiples paquetes y equipos al agua. Poco después, los agentes detuvieron la embarcación. Tras la intercepción, recuperaron la carga arrojada, que consistía en jaulas de madera llenas de diversas especies de aves exóticas, 113 de las cuales murieron.
La tripulación del cortador Joseph Doyle detuvo a los hombres, confiscó la embarcación y transfirió la custodia de los cuatro presuntos contrabandistas a agentes del Sector Ramey de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos en Mayagüez, Puerto Rico. La custodia de los hombres, las aves y las jaulas fueron entregadas al Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos para investigación y enjuiciamiento.
