Un padre boricua que decidió buscar una mejor calidad de vida para sus tres hijos en Nueva York - tras haber perdido todo por el paso del huracán María-perdió las esperanzas ya que la ayuda humanitaria que tanto necesita no ha llegado.
Julio dijo estar desesperado y sin nadie que escuche su clamor de vivienda para su familia.
Se estima que más de 30.000 boricuas desplazados de la isla han llegado a esa área desde el azote de María.