Áurea y su familia cambiaron certificados de nacimiento

Áurea había solicitado a la embajada de Israel en Italia que se le asistiera para radicarse a ese país.

La exsecretaria de Nicolás Nogueras, exabogado de Áurea Vázquez Rijos, y , Alejita Santos, supervisora administrativa del Registro Demográfico testificaron esta mañana en el juicio por el asesinato por encargo del empresario canadiense Adam Anhang Uster.

Alejita Santos presentó los certificados de nacimiento de Áurea, su hermana Marcia, su madre Carmen Rijos y el de su padre Julio César Vázquez, cuyo nombre en 2011 fue cambiado a Julio César Dominicci.

Áurea y su familia obtuvieron certificados de nacimiento en los que hubo unos cambios en los nombres y lugares de nacimiento de sus abuelos y sus padres.

El fiscal explicó que el propósito de los cambios en los certificados de nacimiento era porque Áurea había solicitado a la embajada de Israel radicarse a ese país.

El martes continuó el contrainterrogatorio contra el asesino confeso del empresario canadiense Adam Anhang, Alex Pabón Colón, supuestamente contratado por Áurea Vázquez Rijos. 

El testimonio de Pabón Colón, mejor conocido como Alex el loco, estuvo minado con contradicciones.

Fernando Zambrana, uno de los abogados de Marcia, hermana de la acusada, confrontó al testigo con la transcripción de su testimonio ante el Gran Jurado ofrecida en mayo de 2008, en la que declaró que le confesó el crimen a su amigo Dereck Osterman y al padre de este al otro día de los hechos.

Sin embargo, ayer declaró en sala que le confesó el asesinato a Osterman la misma noche del crimen, cuando lo llevó en su vehículo a dar vueltas por varias calles del Viejo San Juan y a la escena del crimen.

En sala, Pabón Colón dijo el lunes que la acusada quería que mataran a Anhang por su  fortuna y que inicialmente quería que él contratara a quien cometería el asesinato, pero se desesperó y le pidió que fuera él mismo. 

El día del asesinato, el 23 de septiembre de 2015, el asesino confeso se reunió Vázquez Rijos, su hermana Marcia y José Ferrer en el restaurante El Hamburger para discutir el plan del asesinato, que pretendían hacer pasar como un asalto.

“Le digo 'esto es un asalto'...el hombre se asusta y me da un puño en la cara, me empuja y le dice a ella corre, corre bebé, lo agarro por la cabeza y le meto un azote con la piedra por la cabeza, él cae al piso, cogí el cuchillo y como alma que lleva el diablo, lo apuñalé en diferentes partes del cuerpo. Él luchó por su vida, lo apuñalé en distintas partes del cuerpo...lo apuñalé en el pecho y por la yugular, como si fuera a quitarle la cabeza, como vi que no podía matarlo con el cuchillo, él cogió el cuchillo y trató de apuñalarme pero, no pudo. Lo rematé dándole con el adoquín por la cara por distintas áreas del cráneo. Áurea no gritaba, no decía nada, me paré y la ataqué a ella, le metí un cantazo en la cabeza, la sangre chispoteó, pensé que la había matado a ella también”, dijo el convicto. 

El hombre dijo además que Vázquez Rijos pretendía contratarlo para otros trabajos.

“Ella queria como retenerme porque queria que yo hiciera otro trabajos de matar otras personas.” 

El juicio continúa en la tarde.

“Si me fallas, te juro por Dios que yo también voy a traicionarte”

El viernes se reveló en sala que una carta enviada por el acusado de asesinar a Anhang fue admitida como evidencia en el caso contra los tres acusados por el crimen.

De la misiva se desprende que Alex Pabón, convicto por el asesinato, le exigió a Vázquez Rijos, su hermana, Marcia y a José Ferrer Sosa.

“Me pidió que le llevara una carta a una mujer que se llamaba Auréa o Andrea. Me dijo que era al lado del negocio de Douglas”, testificó al hombre que apodan “Tito El Gallo”.

Añadió que dijo “te traigo esta carta de parte de ‘El Loco’ para que la leas y luego la rompas o me la devuelvas”.

Pérez testificó que la viuda del empresario le respondió “que le dijera a Alex que su hermana estaba enferma y que no había dinero. Que el padre del difunto le congeló la cuenta y el negocio estaba malo”.

Al Pabón Colón enterarse de lo sucedido, le entregó una segunda carta al testigo para que la entregara, pero en esta ocasión a la hermana de Áurea, pero que el intento de cobro también fue infructuoso, testificó.

El ahora convicto envió otras dos misivas. Fue en una de estas que el hombre exigió el pago de $200,000 y amenazó con traicionar a la viuda de no cumplir con lo acordado, en referencia al crimen, aseguró el testigo.

“Si me fallas, te juro por Dios que yo también voy a traicionarte”, rezaba el documento.

Sexto día de juicio

El testigo Dereck Osterman, amigo Alex Pabón Colón le confesó que Áurea Vázquez lo contrató para asesinar al canadiense Adan Anhang Uster.

“Me dijo que me tenía que contar algo... me dijo ‘sube por aquí por la calle Tanca’. Le dije: Ok. Di una vuelta... me empezó a decir en un punto en la calle Sol, me dijo que había matado a una persona.

El testigo narró detalles adicionales que le contó su amigo. “Me estaba explicando claramente que la persona que lo contrató era la dueña de Pink Skirt (Áurea) y que tenía que parecer un asalto, que tenía que parecer profesional. Le decía que no fue profesional. Le dije ‘¿por qué hiciste eso si eres de La Perla?”, acotó.

El testigo indicó que Pabón Colón le explicó que tenía que golpear a Áurea para que pareciera un asalto, pero el plan no le funcionó. El mismo era dispararle a Anhang Uster y golpear a Áurea con la culata del arma de fuego.

Quinto día de jornada

Los fiscales que atendieron en 2005 el caso del asesinato por encargo del empresario Adam Anhang Uster, a manos de su esposa, ignoraron las dudas del policía responsable de la investigación, José Miranda, sobre el supuesto asesino del hombre de negocios, según reveló hoy el policía.

Miranda, durante la quinta jornada del juicio contra Áurea Vázquez Rijos, una exreina de belleza, su hermana Marcia y el novio de ésta, acusados de conspirar para asesinar por encargo a Anhang Uster, dijo a preguntas de la Fiscalía federal y la defensa que en esa fecha dio a conocer sus dudas sobre la autoría de Jonathan Román.

En 2007, un tribunal encontró culpable del asesinato del empresario a Román, por lo que fue sentenciado a 104 años de cárcel.

Alex Pabón, apodado "Alex El Loco", un delincuente que se movía en los bajos fondos de San Juan, se declaró culpable en 2008 del asesinato de Anhang Uster por encargo de Vázquez Rijos, lo que permitió la excarcelación de Román.

La oficina federal de investigaciones de Estados Unidos (FBI) tomó las riendas del caso y fueron sus agentes quienes dieron con el paradero de Pabón, que confesó haber cometido el crimen, lo que permitió que se le revocara la condena a Román tras cumplir ocho meses de prisión acusado del asesinato del empresario canadiense.

El testigo detalló que mostró sus dudas a los fiscales antes de la presentación de cargos contra Román en octubre de 2005, un día después de su detención.

Miranda reconoció además a la defensora de Vázquez Rijos, la abogada Lydia Lizarríbar, que 2 días después del asesinato de Anhang Uster mantuvo un encuentro con el socio del empresario, Roberto Cacho, quien le dijo que Pabón era el asesino.

Recordó que Cacho, en varias ocasiones, se negó a desvelarle quién le proveyó la información y se limitó a señalar que se trataba de rumores que se oían en el Viejo San Juan, el casco histórico de la capital puertorriqueña.

Miranda aseguró que el empresario le dio información sobre el paradero de Pabón e, incluso, un número de teléfono para localizarlo.

El agente policial, gracias a ese número, dio con un individuo identificado como Derek, quien dijo conocer a Pabón y facilitó su arresto.

Miranda indicó que desde que Román fue arrestado tuvo dudas sobre si realmente era el asesino, por lo que lo comunicó a la Fiscalía, aunque sus preocupaciones fueron ignoradas.

Román, finalmente, fue acusado por la Fiscalía puertorriqueña a pesar de las reticencias del agente responsable del caso.

Recordó que Cacho le entregó una copia del acuerdo matrimonial y una demanda de divorcio, además de informarle de que la pareja acudía a terapia matrimonial antes del asesinato.

Testifica amante

En el cuarto día de juicio testificó Alexis García Molinet, quien tuvo un romance con la acusada entre finales de 2004 y 2005 en momentos en que entendía que la pareja de entonces novios se había separado.

En sala, el hombre dijo que Vázquez le preguntó en dos ocasiones si conocía a un gatillero.

La primera vez ocurrió a principios del 2005, cuando después de un encuentro sexual la acusada le preguntó si conocía a un sicario. García Molinet dijo que le contestó que no y que no le dio mucho pensamiento a la pregunta, pues pensó que la mujer lo estaba probando porque el vivió en la ciudad de Nueva York.

Meses después, cuando ya se habían alejado, Vázquez lo llamó para preguntarle por segunda vez si conocía a un gatillero. Contó que en ese momento él pensó que ella estaba “un poco off”, refiriéndose a que estaba mal de la cabeza.

Con este testimonio, García Molinet se convirtió en la segunda persona en señalar a Vázquez preguntando sobre gatilleros. El primero fue el licenciado Edwin Prado, quien preparó las capitulaciones de la mujer y Anhang.

Prado contó que la acusada un día llegó a su oficina y preguntó si conocía a alguien que pudiese hacer el trabajo, pues le habían comentado que salía mejor económicamente si Anhang moría. “Estás loca, yo no conozco ese tipo de gente”, le contestó el abogado.

 “No te voy a dejar ir tan fácilmente”

El lunes testificó Alexandra Ramos, psicóloga que ofreció 5 sesiones de terapia matrimonial a la pareja.

El mismo día del asesinato Anhang dijo en la sesión con Ramos que su divorcio era definitivo. “No te voy a dejar ir tan fácilmente” dijo Vázquez, según el testimonio de la psicóloga, quien dijo que la acusada no parecía tomar en serio lo que decía su esposo.

Anhang había propuesto divorciarse para continuar tomando terapias y luego casarse nuevamente con capitulaciones. Vázquez se opuso debido a que sospechaba que él no la iba a tratar bien económicamente con este acuerdo.

Dos días antes del crimen, Vázquez le dijo a la doctora que ella había escuchado rumores de que su esposo buscaba contratar un sicario, a lo que Anhang respondió que él no resolvía sus asuntos de esa forma.

En otra de las citas con la psicóloga, el 5 de septiembre d 2005, Anhang reveló que había visitado a un psíquico, quien le advirtió que moriría ese mismo año.

 Anhang le ocultó su matrimonio a su socio

Roberto Cacho, socio del canadiense presuntamente asesinado por encargo de su esposa, testificó el pasado viernes 31 de agosto sobre cómo Anhang le ocultó haberse casado con la acusada.

El empresario puertorriqueño testificó en la segunda jornada del juicio contra Vázquez Rijos, su hermana y el exmarido de ésta, los tres acusados de conspiración para asesinar por encargo a Anhang Uster.

El hombre de negocios canadiense se casó en 2005 con Vázquez Rijos y al poco tiempo, según fue señalado durante el juicio, quiso divorciarse.

La mujer firmó un acuerdo prematrimonial que establecía que si moría uno de los cónyuges la parte sobreviviente se quedaría con el 30 % del patrimonio del fallecido.

"Entendí que ella se convirtió en socia del negocio a través de Adam. Si él moría había que pagarle 8 millones de dólares porque valoró -el empresario canadiense- la compañía en 24 millones de dólares", dijo Cacho a preguntas de la fiscal Jenifer Hernández.

Cacho aclaró que Anhang Uster hizo una valoración de $24 millones del negocio que ambos poseían, S&K Development, pero que no se trataba de una cantidad de la que dispusieran en efectivo.

Recordó que su socio le compró a Vázquez Rijos un automóvil cuando a penas llevaban semanas de relación y que después le ayudó financieramente a poner dos restaurantes en el Viejo San Juan, el casco histórico de la capital puertorriqueña.

Los dos negocios eran "Fusion" y "Pink Skirt", este último en el que trabajaban su hermana y el exmarido de esta, ambos sentados también en el banquillo de los acusados.

Cacho dijo que conoció a la acusada en el año 2003 en el restaurante "Ají" de la capital puertorriqueña y que Vázquez Rijos le comentó que tenía un negocio que consistía en poner en contacto a hombres de negocios.

Sostuvo, en respuesta a la abogada de Vázquez Rijos, Lydia Lizarribar, que supo que Anhang Uster se había casado con la acusada en el momento en que hubo que firmar unos documentos en los que se requería detallar el estatus civil.

Cacho aclaró que el dinero que Anhang Uster destinaba a su esposa provenía del negocio de los dos empresarios dedicado al desarrollo de proyectos inmobiliarios.

En cuanto a la muerte de su socio, recordó que la mañana después de los hechos un conocido le telefoneó para decirle que viera la noticia en la televisión.

Relató que pocas horas antes del asesinato, Vázquez Rijos le telefoneó para preguntarle dónde se encontraba Anhang Uster, ya que no le respondía sus llamadas y que le dijo que se encontraba en una reunión de negocios.

Contó que la acusada se presentó en su oficina y le indicó, nerviosa, que pensaba que su marido le estaba rechazando las llamadas.

Cacho relató que la mañana que siguió al asesinato fue junto al agente de la Policía Luis Miranda a la vivienda de Anhang Uster y que al llegar vio a la hermana de la principal acusada sacando unas bolsas negras que contenían ropa de su socio.

Dijo sentirse impactado porque horas después de la muerte alguien se dedicara a sacar pertenencias del fallecido.

El juicio llega después de que en 2007 un tribunal encontrara culpable del asesinato del empresario a Jonathan Román Rivera, por lo que fue sentenciado a 104 años de cárcel.

Alex Pabón Colón, un delincuente apodado "Alex El Loco", se declaró culpable en 2008 del asesinato de Anhang Uster a petición de Vázquez Rijos, lo que permitió la excarcelación de Román Rivera.

Las autoridades estadounidenses pidieron la extradición de la acusada desde Italia, donde vivía, lo que no fue posible por falta de acuerdo bilateral, por lo que no fue hasta 2013, en un viaje a Madrid, cuando fue arrestada y desde allí llegó a Puerto Rico.

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