Tres familias habitan una escuela que estuvo abandonada por 14 años, luego que el paso del huracán María destruyera sus hogares. Estos, se plantaron en la escuela Aquilino Rivera en el barrio Portillo de Adjuntas con la autorización del alcalde de dicho pueblo, Jaime H. Barlucea Maldonado.
El plantel cuenta con zonas comunes como baños y cuartos. Igual ocurre con el salón de segundo grado y el jardín de niños que ahora son viviendas improvisadas. Para mantener en orden en el lugar, las familias se dividen las tareas para mantener el lugar limpio y ordenado.
La escuela sirvió de centro para niños hasta cuarto grado, sin embargo, hace 14 años estuvo abandonada. A pesar de estar 14 años cerrada, el plantel mantenía los servicios básicos de agua y luz. Independientemente de las condiciones en las que se encontraba, sirvió de refugio para más de 10 familias. Muchos regresaron a sus viviendas una vez culminó el ciclón.
Los aun refugiados, solicitaron asistencia a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) para reparar sus hogares, pero las ayudas fueron insuficientes. Estas familias piden al gobierno que les sedan la ubicación ante la presunta falta de viviendas.
“Fuimos a FEMA, pero solo me dieron $250 pesos nada más.”, aseguró una de las refugiadas. La mujer también afirmó visitar al Departamento de la Vivienda, pero no obtuvo respuesta.
En el caso de una de las familias, recibieron $7,000, dinero que utilizaron para condicionar la escuela.
Por otra parte, el alcalde de Adjuntas reaccionó en comunicación escrita y aseguró que:
Puerto Rico
“El municipio no tiene el poder de traspasar la titularidad de la escuela. Es un proceso que deben trabajar con el Departamento de Transportación y Obras Publicas y Educación. Realizar dicha evaluación corresponde únicamente a estas agencias y no al municipio.”
De igual manera subrayó que nunca se ha negado a colaborar con la reconstrucción de sus viviendas usando los fondos federales asignados.
