WASHINGTON DC - Las autoridades sanitarias federales indicaron este lunes que trabajan con la farmacéutica Johnson & Johnson en el monitoreo de varios reportes de personas que desarrollaron el síndrome Guillain-Barré tras recibir dicha inmunización.
Esta enfermedad neurológica (conocida por sus siglas en inglés GBS) ataca los nervios, causando una debilidad muscular o en algunos casos extremos produciendo una parálisis que podría llegar a afectar todo el cuerpo, según explicaron lo Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) en un comunicado.
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"Son poco comunes, pero los reportes indican una posibilidad menor de padecer este efecto secundario tras la vacuna", dijo Erika Edwards, vocera de la agencia.
La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) también está investigando los casos junto a los CDC y a Johnson & Johnson.
Unos 100 reportes preliminares de GBS se han detectado luego de que se administraran 12.8 millones de vacunas de Johnson & Johnson, informaron los CDC.
A diferencia de las vacunas de las farmacéuticas Pfizer y Moderna, las otras vacunas aprobadas en EEUU, la vacuna de Johnson & Johnson es de dosis única.
CUÁNDO SE PRESENTAN LOS SÍNTOMAS DEL SÍNDROME GUILLAIN-BARRÉ Y A QUIÉNES AFECTA
Los casos del síndrome se han manifestado unas dos semanas después de recibir la vacuna, principalmente en hombres de 50 años o mayores.
Aproximadamente entre 3,000 y 6,000 personas llegan a desarrollar el síndrome en EEUU anualmente. Por lo general, es síndrome aparece debido a una infección respiratoria o gastrointestinal, y la mayoría de las personas que lo padecen logran recuperarse, según los CDC.
Los expertos dijeron que al momento nada indica que las vacunas de Pfizer y Moderna tengan el mismo efecto secundario.
En el pasado, también se vincularon casos de coágulos sanguíneos a la vacuna de Johnson & Johnson, lo cual causó el cese momentáneo de su aplicación en EEUU.
Tras el anuncio de este lunes, las autoridades sanitarias estadounidenses volvieron a resaltar que el impacto positivo de las vacunas contra el COVID-19 sobrepasa los riesgos mínimos de sufrir uno de los efectos secundarios.