Mientras muchos se van buscando progreso, otros regresan a pasar aquí su retiro. Luego de vivir durante 50 años en los Estados Unidos, como parte de la diáspora que emigró en la década del 60, una señora regresó a la isla para disfrutar de los bienes que acumuló pero no ha sido posible.
La esperanza de disfrutar aquí el fruto de su esfuerzo disminuye y mientras que el temor de haber sido estafada incrementa. Hace año y medio, Idalia Zambrana espera que la compañía a la que le pagó $6,000 por mudarla de Carolina del Norte a Puerto Rico finalmente le entregue su auto, muebles, enseres, ropa, prendas y otros objetos de valor sentimental. Una lamentable experiencia de la cual todos podemos aprender.