El ideal de la belleza es relativo, para alcalzarlo son muchas las personas que recurren a métodos caseros que ponen en riesgo su vida.
Ese es el caso de la joven Milagros Beltrán, quien cedió a la tentación de la vanidad y se dejó seducir para alcanzar el cuerpo perfecto de la manera supuestamente más facil, inyecciónes que prometían maravillas.
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Una amiga le inyectó una sustancia líquida en un procedimiento hecho en casa, le dió una pastilla para los nervios y le dijo que en media hora todo iba a estar bien. Dos años después, Milagros tiene tejidos en sus glúteos muertos, infectados y heridas abiertas que no se pueden mostrar en su totalidad.
Milagros actualmente se encuentra desempleada y no tiene el dinero para someterse a una cirugía que la pueda ayudar.