Conny Varela dice el gobierno proyectó incapacidad por APP del Aeropuerto

SAN JUAN, Puerto Rico (CyberNews) - El gobierno de Puerto Rico se rindió. Proyectó incapacidad, y derrotismo, al poner en manos del capital privado la administración del Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín. Eso opinó el presidente de la Comisión cameral de Gobierno, José “Conny” Varela, luego que la Agencia Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) diera el visto bueno a la privatización de la instalación.

“La entrega del aeropuerto equivale a afirmar que los puertorriqueños somos incapaces de poner en orden nuestra casa. Una nación que no es capaz de administrar un monopolio tiene una seria crisis para gobernarse a sí misma. Lamentablemente, Puerto Rico se cantó incapaz de administrar su monopolio aeroportuario y no tengo idea de cómo reaccionaremos ante los retos de competencia con el capital privado en cualquier otro caso en que pretendamos competir. Hoy se puede decir que el capital privado venció al Pueblo”, afirmó Varela en un comunicado.

Varela hizo sus expresiones luego de que trascendiera públicamente que la FAA avaló la controvertible transacción de privatización, apenas, horas después de que se debatiera en el hemiciclo de la Cámara de Representantes un informe que afirmó contundentemente el juicio de ese cuerpo legislativo en contra de que el Gobierno entregue su aeropuerto principal a manos de Aerostar.

“En la Cámara de Representantes hicimos nuestro trabajo. No nos tembló el pulso a la hora de defender los mejores intereses del País. Como País no debemos ponernos de rodillas ante las dificultades. Cualquier empresa de progreso depende, en primera instancia, de que tengamos voluntad y arrojo. En esto del aeropuerto nos faltó voluntad. Dejamos que la pasada administración de gobierno nos dijera que no podemos hacer la diferencia. Nos dejamos convencer por aquellos que no convencieron al Pueblo. Esto es, cuando menos, un mal augurio”, sentenció Varela.

Afirmó, también, que la Cámara de Representantes mantendrá una actitud de vigilancia y fiscalización constante sobre el desempeño de la empresa privatizadora.

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