“Blog de madre”, de internet a libro

Madrid (EFE).- Desde la "vomitosis" que anuncia el embarazo a los dolores del parto que preceden a noches en vela y a la "desaparición del yo" en favor de la prole, las madres merecen "muchas medallas". Y con sentido del humor se las pone Eva Quevedo, cuyo Blog de Madre se convierte ahora en libro.

Lamayor, Lapequeña, Lamadre y Marido son los protagonistas de las divertidas peripecias nacidas de la experiencia maternal de esta publicista, compiladas por Plaza & Janés e ilustradas por Ata Lassalle, porque "hay que reivindicar el papel de la madre", explica en una "entrevistus interruptus" con Efe, como ella la define por la recurrente solicitud de su atención por parte de "lasniñas".

"Hay que colgarse muchas medallas por el nivel de renuncia que exige la maternidad, por la dedicación mañana, tarde y noche. Es muy duro, tiene muchas cosas malas, pero siempre reconforta", explica esta madre vocacional de dos "miniseres" de tres y cinco años.

Todo comenzó con comentarios en Facebook para canalizar "las emociones, lloros y risas" que conlleva criar a un bebé, que se ampliaron en un blog que atrajo a 6.000 seguidores. Fueron sus comentarios los que la animaron a editar un libro primero en internet y luego en papel, en una aventura personal. Gustó a Plaza & Janés, que ahora lo publica con 25 historias nuevas.

La filosofía que inspira esta trayectoria es compartida por la inmensa mayoría de progenitoras del planeta: "¿Dónde habré dejado yo mi yo? Porque adoro la maternidad, mis hijas son lo mejor del mundo, pero hay veces que echo la vista atrás y dijo ¿qué ha sido de mi vida? Lo único que hago es ocuparme de ellas".

Reparó en ello cuando un día comprobó que se le había "secado el bote de rímel", símbolo de "la vida social perdida" en plena juventud y excedencia laboral para cuidar y disfrutar de sus retoños.

Entonces decidió plasmar por escrito sus vivencias, con lenguaje y estilo vivaces, "con sentido del humor, de forma exagerada, a veces surrealista" para reivindicar y desdramatizar "todoenuno" el papel de madre, desde el embarazo en adelante, porque este es un trabajo para toda la vida.

Quesada, habitual de la talla 36, cuenta que lo que peor llevó de su primera gestación fue "el cambio físico" producido por los 15 kilos ganados: "Te conviertes en un pequeño mamífero, con unas tetas enormes y un barrigón; te miras frente al espejo y no te reconoces".

Parto aparte, fue "durísimo" darle el pecho, asegura. "Y la lucha entre tu yo profesional y tu yo madre". Porque aunque la sociedad "ha avanzado mucho", la autora sostiene que "más del 80 % de las tareas maternales recae en la mujer".

Además, la madre sigue "penalizada laboralmente" en España, opina. "Cada vez más las empresas fomentan que se queden en casa tras la baja maternal. Si te apuntas a una reducción de jornada, las reuniones importantes serán fuera de tu horario", dice, por experiencia.

Por eso se hizo autónoma y trabaja desde casa: "Puedo ver a mis hijas todo el día".

Y es que, "cualquier sufrimiento se da por bien empleado" en la maternidad. Ya sea reducir tu programación cinéfila a los dibujos animados repetidos hasta la saciedad, soportar el "mamapis" y el "¿cuánto queda?" en un viaje en coche, levantarse por la noche cada media hora o evitar que se coma toda la arena de la playa/parque.

Aunque pueda inducir a error, no es masoquismo sino maternidad. Algo que su marido y otros tantos de su especie envidian. Algo por lo que frases como "mejor que llores tú a que tenga que hacerlo yo", "no te lo vuelvo a decir" o "bebe el zumo rápido que se le van las vitaminas" brotan espontáneamente del subconsciente materno generación tras generación.

Para las que alberguen dudas e inquietudes Eva Quevedo tiene un mensaje: "La madre perfecta no existe y, aunque de vez en cuando nos asalte el complejo de 'malamadre', hay que recordar que la perfección es súper aburrida y que de la imperfección de los padres también se aprende".

Y lo dice quien se está planteando "ir a por el tercero". "Aunque mi marido -comenta en el mismo tono hilarante de sus escritos- no me quiera ni mirar y duerma en un hotel desde que se lo dije".

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