Si el estrés o la tristeza alguna vez te han empujado a comprar algo que probablemente no necesitas, no estás solo. Casi el 70% de los estadounidenses dice que las emociones han influido en sus gastos, según una encuesta reciente de LendingTree.
Cuando se trata de gastos emocionales, “todo está en nuestra contra”, dice el psicólogo y planificador financiero certificado Brad Klontz.
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“Nos enfrentamos a expertos en mercadeo que nos presentan oportunidades de compra basadas enteramente en la emoción”, le dice a CNBC Make It.
Las generaciones más jóvenes son más susceptibles a dejar que sus sentimientos influyan en sus hábitos de compra. Aproximadamente el 75% de los millennials y la Generación Z admiten gastos emocionales, posiblemente porque es menos probable que piensen en sus fondos de jubilación cuando hacen clic en “comprar”.
“Estamos preparados para gastar ahora mismo”, dice Klontz. “Y para no gastar ese dinero ahora y ahorrarlo para el futuro... tienes que tener una razón emocionalmente convincente para hacerlo. Esa es la ironía”.
Si bien el estrés es la emoción principal que, según los estadounidenses, impulsa sus gastos excesivos, la emoción (44%) y la felicidad (38%) completan las tres principales. Eso no es sorprendente considerando que el 54% dice que es más probable que gasten cuando están de buen humor, según LendingTree.
Claro y Simple
“Eso no quiere decir que una experiencia emocional negativa no te haya hecho apretar el gatillo”, dice Klontz. “Pero cuando aprietas el gatillo, estás muy entusiasmado con lo que estás comprando”.
Si bien el gasto emocional es un hábito común, no es algo que desee convertir en un problema mayor. Casi el 40% de los gastadores emocionales dicen que se han endeudado a causa de ello, y Klontz advierte sobre el estrés que el gasto emocional puede generar en tus finanzas y relaciones.
Si te consideras un derrochador emocional y desea introducir algunos límites a tu hábito, aquí hay cinco consejos de Klontz sobre cómo luchar contra tus instintos y resistir la tentación de presionar “comprar” la próxima vez que estés estresado.
Cinco consejos para frenar el gasto emocional
El primer paso para abordar el gasto emocional es reconocer que todos lo hacemos, dice Klontz.
“No puedes confiar en tus instintos cuando se trata de dinero”, dice. “Eso es esencialmente a lo que se reduce”.
El gasto emocional está impulsado por nuestra amígdala, la parte del cerebro que procesa las emociones. Y cuando tus emociones están a flor de piel, la corteza prefrontal, que es responsable de emitir juicios como los relacionados con la elaboración de presupuestos, se desconecta.
“Cuando uno se carga emocionalmente, se enfrenta a un desafío racional”, añade Klontz.
Aquí te mostramos cómo desafiar tus impulsos y evitar que tu amígdala maneje sus finanzas.
1. Practica la regla de las 24 horas
Para resistir el impulso de tu cerebro de comprar, dedica algo de tiempo entre tu impulso y la compra real de algo. Klontz recomienda la regla de las 24 horas.
“Cargas cosas en el carrito en Amazon, pero no vas a comprar, vas a esperar 24 horas y luego vuelves a ver si son cosas que realmente quieres”, afirma. “Eso puede ser súper poderoso”.
2. Utiliza efectivo siempre que sea posible
Al comprar en persona, Klontz recomienda usar efectivo en lugar de simplemente entregar una tarjeta, para que puedas saber exactamente cuánto estás gastando.
“Gran parte de nuestro gasto es inconsciente, y cuando tienes que tirar billetes de un dólar en la tienda, es una experiencia algo dolorosa”, dice. “Muchos de nosotros nos deslizaremos y no estamos realmente seguros de cuánto acabamos de gastar”.
3. Haz preguntas difíciles
Antes de comprar algo, puede resultar útil hacerte una serie de preguntas para determinar si la compra realmente vale la pena, dice Klontz.
“Puedes escribir en tus notas en tu teléfono: ¿Es esto algo que puedo pagar? ¿Es esto algo que necesito?” dice. “¿Dónde voy a ponerlo? ¿Y cómo me sentiré mañana?”
4. Encuentra un compañero responsable
Controla tus compras emocionales buscando un amigo y estableciendo un límite de gasto que ambos acuerden respetar. Si alguien quiere comprar algo que supere ese límite, primero debe consultar con la otra persona.
“Mi esposa y yo hacemos esto juntos”, dice Klontz. “El simple hecho de saber que vas a [consultar a alguien más] probablemente te disuada de muchas cosas de todos modos”.
5. Piense en sus objetivos a largo plazo
Si bien el gasto emocional suele ser inevitable, considerar tus objetivos financieros también es una forma poderosa de evitar que tus sentimientos arruinen tus finanzas.
“Siéntate y piensa en lo que realmente quieres en la vida”, dice Klontz. “Porque lo más probable es que no sea la última cosita que acabas de comprar en Amazon”.
Al desarrollar una visión clara y emocionante de cómo quieres gastar tu dinero en el futuro (piensa en la libertad financiera o el pago inicial de una casa), puedes dirigir tus gastos emocionales hacia sus objetivos.
“El gasto emocional en el momento no tiene nada que ver con tus valores y objetivos reales, y podría estar saboteando lo que realmente te importa”, añade Klontz.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés por Annie Probert para nuestra cadena hermana CNBC.com. Para más de CNBC entra aquí.