One Direction un fenómeno para vivir en familia

La "boy band" de moda One Direction cautiva a adolescentes en todo el mundo, que acuden en masa a los conciertos y son capaces de esperar durante meses para verlos. Y donde hay menores están los padres, dispuestos a todo para que sus pequeños cumplan sus sueños.

One Direction se ha convertido en un auténtico fenómeno de masas. Solo hay que echar un vistazo a la prensa y a las redes sociales para darse cuenta de que la salida a escena de estos cinco chicos británicos levanta expectación allá por donde van y moviliza a los adolescentes de medio mundo.

Pero no solo los más jóvenes se ven arrastrados por este torbellino musical. Donde hay menores está ello de padres, férreos defensores de sus pequeños dispuestos a cualquier cosa para que vean cumplidos sus sueños.

Si para ello han de esperar durante meses a cielo descubierto para entrar en un concierto o acompañar a una cuadrilla de incondicionales "directioners", como se conoce a los seguidores del grupo, para evitar que el exceso de emoción les juegue una mala pasada, no dudan. Son los primeros en estar al pie del cañón.

Pacientes, abnegadas, sufridas. Las madres acompañan a sus hijas para tranquilizarlas, abrazarlas e impedir que un exceso de emoción les perjudique. One Direction tiene seguidores de ambos sexos, pero nadie puede negar que es en ellas en las que despiertan un estado de "histeria colectiva" difícil de controlar.

Los padres son los encargados de aportar esa dosis de relajación que consigue que sus retoños disfruten de sus ídolos, pues es necesario que los menores vayan siempre acompañados por adultos a los conciertos. Y aunque los hay que solo acuden "por ellas", cada vez son más las mamás que se suman a la fiebre que despierta el grupo y disfrutan de su música.

Los acompañan en su larga espera, hasta dos meses han sido capaces de aguantar algunas para verlos actuar, e incluso se pintan la cara y lucen camisetas del conjunto. Las más ingeniosas avisan con mensajes como "Don't touch my daughter, unless you are One Direction (No toques a mi hija, a no ser que seas One Direction)". No olvidan cuál es su cometido principal: ser escuderas de sus enamoradizas pequeñas.

Corean sus canciones, saltan junto a las más jóvenes y se dejan llevar por la música de estos cinco jóvenes "muy normales", dicen, que se mueven como pez en el agua en el escenario, aportan un sonido "fresco" al panorama musical y fomentan la participación del público en sus actuaciones.

Aseguran que hay gente que no entiende su comportamiento, por qué dejan que los adolescentes pasen tanto tiempo esperando a la intemperie y por qué deciden esperar con ellos. Pero están dispuestos a hacer lo que sea para que los jóvenes disfruten y se lo pasen bien. Al fin y al cabo, la adolescencia es la edad para ello y todo el mundo "debería" vivir una experiencia similar.

"Te dicen lo que necesitas oír cuando lo necesitas", dice Silvia. "Me hacen feliz y sonrío cuando escucho su música", asegura Carla. Y si para hacer que sus pequeñas sientan esa dicha han de estar junto a ellas, sus padres las acompañarán donde haga falta.

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