En febrero de 2011, un inmigrante indocumentado compró un boleto de lotería de $ 10 en un pequeña tienda en la localidad de Spring Valley, en el condado de Rockland en el norte de Nueva York. Para su sorpresa fue un ganador de $3 millones, pero la buena fortuna terminó por convertirse en un calvario.
El inmigrante, que hablaba un inglés limitado, informó a un empleado de la tienda que había ganado una fortuna, pero, según la Procuraduría General, el trabajador tramó un plan con el dueño del negocio y un tercer hombre para intimidar al ganador. El trío dijo que sería deportado si intentaba reclamar las ganancias.
Los tres lo persuadieron de que harían arreglos para que él obtuviera parte del dinero si les entregaba el boleto, pero pasaron meses sin que recibiera un solo centavo. Fue así como presentó la denuncia a la Procuraduría General, lo que llevó a una investigación y al arresto de los tres hombres, acusados de fraude y hurto mayor.
Si bien cada estado establece sus propias reglas de lotería, un inmigrante indocumentado sí pude cobrar un premio sin importar su estatus. Cualquiera puede reclamar el premio de una lotería con sede en los Estados Unidos siempre que haya comprado el boleto dentro del país.
Los ganadores de la lotería que no sean ciudadanos deben seguir no solo la ley federal, sino también la ley del estado en el que compraron el boleto ganador y pagar un impuesto federal del 30% y cualquiera que sea el impuesto estatal, que varía de un estado a otro.
Además, es posible que el ganador deba pagar impuestos de su propio país de ciudadanía por las ganancias del premio de lotería y puede estar sujeto a los tratados fiscales vigentes entre los Estados Unidos y su país de ciudadanía.
Cualquier cantidad ganada por debajo de $ 600 se puede reclamar en el sitio donde se compró el boleto. Cualquier cantidad que exceda esa cifra debe ser reclamada en la sede de la Comisión de Loterías del estado en cuestión.
EEUU
La mayoría de los premios de menos de $ 600 no requieren ningún tipo de identificación para hacer el reclamo, dependiendo del estado. En general basta con firmar el reverso del boleto y entregarlo a un minorista de lotería o enviarlo por correo a la Comisión de Loterías correspondiente para recibir un cheque. Para la mayoría de los premios de más de $ 600, es posible que deba mostrar una forma de identificación con foto aprobada por el Gobierno, como un pasaporte, licencia de conducir o tarjeta de identificación estatal, así como la tarjeta de Seguro Social.
Respecto a la edad requerida para reclamar un premio también depende del estado. No todos los estados exigen la edad mínima para jugar a los 18 años. Por ejemplo, Arizona e Iowa requieren que los jugadores de lotería que no tengan menos de 21 años para comprar boletos, mientras que Nebraska requiere que los jugadores de lotería no tengan menos de 19 años para comprar boletos. Por supuesto, si un residente viaja a otro estado donde la edad legal para jugar fuera de 18 años, podría ganar y reclamar el premio.
Existe una probabilidad de 1 entre 175 millones de ganar la lotería PowerBall con un solo boleto, y de ser el afortunado sin importar su estatus migratorio, lo primero que debe hacer es firmar el reverso del boleto para evitar que otros reclamen el premio.
¿GANAR EL PREMIO MAYOR OFRECE VÍA LIBRE PARA CONSEGUIR UN ESTATUS LEGAL?
Si bien un inmigrante indocumentado puede cobrar ganancias de lotería, adquirir de repente una acaudalada cuenta bancaria no significa conseguir las llaves para abrir las puertas a un estatus legal.
Ser rico no garantiza una tarjeta verde. A menos que el ganador cumpla los criterios para una entrevista para obtener la residencia permanente, tendrá un camino difícil para obtener un estatus legal.
La ley establece la residencia permanente para inversionistas bajo el programa EB-5. El solicitante debe invertir un millón de dólares en un negocio que cree al menos 10 puestos de trabajo para ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes. El mínimo es $ 500,000 si la inversión es un área con una tasa de desempleo de al menos el 150% del promedio nacional o un área rural con una población de menos de 20,000.
Sin embargo, para la mayoría de los inversionistas inmigrantes indocumentados, la temida prohibición de residencia por "presencia ilegal" evitaría que obtengan una tarjeta verde. A menos que el inversionista califique para una entrevista en los Estados Unidos para obtener la residencia permanente, tendría que regresar a su país de origen para una entrevista de visa de inmigrante. Entonces, el solicitante podría enfrentar una barrera de tres o 10 años para obtener la visa. Esa es la pena para los solicitantes que se van después de estar en el país de forma indocumentada por más de 180 días.