“Jesús de Iztapalapa” tarda 6 años para cumplir sueño

Ante millones de visitantes, el joven de 24 años cargó la pesada cruz por más de dos millas.

Las cruces en la cima del cerro fueron la inspiración que le permitieron seguir adelante cuando sentía que ya no podía más.

De ellas parecía salir la energía, la fuerza y la voluntad para que sus pies siguieran caminando y su cuerpo soportando las 198 libras que día tras día llevaba a cuestas.

Durante 6 años, Iván Estrella compitió con otros jóvenes para representar a Jesús en el vía crucis y es que durante toda su vida su objetivo fue experimentar en carne propia el esfuerzo y dolor que sufrió el hijo de Dios para salvar a los creyentes.

"Hay que entregarnos, emocionalmente, espiritualmente hacia Dios para poder representar este papel, sobre todo, por el mensaje que nos vino a dar, el ser muy humildes, el ser sencillos y sobre todo el amor que nos vino a dar", dice Estrella.

El compromiso fue tan grande, que durante 10 semanas el joven de 24 años pausó su rutina y se preparó física y mentalmente para soportar la vía dolorosa.

"Es un tipo educado, es humilde y sabe lo que hace; eso es importante para mí", afirma Alejandro González, quien entrenó a Iván.

Alejandro fue su guía; junto a él recorrió una y otra vez las calles de los 8 barrios de Iztapalapa, donde se lleva a cabo la escenificación y lo hizo descalzo, con la corona de espinas hierendo su frente, llena de ardor por el intenso sol.

Como ha ocurrido desde hace 175 años, Iván recibió el apoyo moral de cientos de lugareños que por un día se vuelven actores, y de miles de personas que llenaron estas calles para acompañar a Jesucristo hasta, este, su destino final.

Y así, con la unión que solo logra la fe, familias como los Salinas subían hasta la cima del Cerro de la Estrella para ver a quien impulsado por la devoción se entregaba en cuerpo y alma.

"Así como que el corazón se estruja, se hace chiquito porque decimos la fuerza que debe tener y todo el entrenamiento que debe llevar", dice Elizabeth Salinas, quien asistió al vía crucis.

Esfuerzo que vale la pena, se decía en cada entrenamiento Iván, feliz de que a partir de este momento llevar siempre la sensación de haber alcanzado en vida el cielo.

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