La violencia y crueldad hacia sus enemigos eran uno de sus sellos, de acuerdo con testigos y autoridades que han asegurado que Joaquín “El Chapo” Guzmán le arrebató la vida más de 200 personas.
Bertha Corona dice que uno de sus hijos y su hermano fueron víctimas del ex jefe del Cartel de Sinaloa, ya que en la disputa que tenía con otro grupo criminal, mandó a desaparecer a quienes se interponían en su camino.
"Debe tener un castigo porque no es posible que haya sangre, tantas lágrimas, tanto dolor", dice Corona.
Y como esta familia otras lloraron por lo mismo, según demuestra un documento que formó parte de las evidencias en el jucio en contra del capo y que está lleno de los nombres de quienes Guzmán Loera supuestamente quería muertos.
"Todo esto lo pinta como alguien muy poderoso, muy corrupto, muy corruptor y con elementos nada cercanos a la moral", define José Reveles, analista experto en temas de narcotráfico.
La lista negra de “El Chapo” señala a "funcionarios" como el exzar antidrogas , José Luis Santiago Vasconcelos, a "informantes" y a “miembros” de organizaciones criminales como los Beltrán Leyva, los Carrillo Fuentes, Los Zetas y los Arellano Félix.
En el texto se habla específicamente del ataque en 1992 a la discoteca Christine en Puerto Vallarta, Jalisco, del que salieron con vida los hermanos Francisco y Ramón Arellano Félix, pero 6 personas más murieron.
México
Según el documento, en algunos de los casos descritos, los asesinatos fueron probados, en otros las víctimas fueron detenidas o murieron en circunstancias extraordinarias.
Ramón Arellano Félix, líder del Cartel de Tijuana, murió en el 2002 en un tiroteo en Mazatlán; Rodolfo Carrillo Fuentes, del Cartel de Juárez, fue asesinado dos años después tras salir de un cine en un centro comercial de Culiacán y el exzar antidrogas falleció junto con el entonces secretario de Gobernación en el 2008, al desplomarse la avioneta en que viajaban.
Y la llamada "lista de la muerte del Chapo" incluye muchos nombres más, los cuales no han sido dados a conocer para no poner en riesgo la vida de quienes ahí aparecen.