Muchos de los púgiles boricuas que han dado gloria a Puerto Rico se enfrentan a situaciones como la adicción a drogas, la pobreza y el olvido.
Un ejemplo de esto es el tres veces campeón mundial Wilfredo Gómez, quien su nombre era sinónimo de fama y fortuna, hasta que los años le pasaron factura.
"Bazooka" como muchas personas le llamaban, ganó mucho dinero, pero hoy solo le quedan $200 dólares en su cuenta bancaria lo que lo obligó a buscar trabajo aún con su condición de salud.