Christopher Raymundo Márquez era un pequeño de seis años que habría muerto a manos de un grupo de adolescentes.
El cuerpo se encontró el sábado en una zanja dentro de un arroyo, detrás de una prisión. Fue ahí donde, según la fiscalía del estado de Chihuahua (México), cinco menores lo enterraron dos días antes, después de someterlo a crueldad extrema.
Según se alega, le sacaron los ojos, le rebanaron una mejilla, lo apedrearon y le dieron 27 puñaladas.
Los acusados, tres varones y dos hembras, tienen entre 12 y 15 años. Uno de ellos habría llamado al niño con engaños, para jugar al secuestro.
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En un país donde el crimen ha cobrado 100,000 vidas en nueve años, hasta las autoridades parecen sorprendidas.
Por ese motivo, aseguran que descargarán todo el peso de la ley contra los tres adolescentes de 15 años. La pena máxima sería de 10 años en prisión.
Los otros dos adolescentes, son menores de 14 años, por lo que no pueden ser encauzados. Sus padres han perdido la tutela, y pasarán a manos del Estado.
Las autoridades aclararon que esto no se trató de un ritual satánico.
En el funeral del niño, la familia amenazó con levantarse en armas si el crimen queda impune.
